La reelección presidencial

La pregunta pertinente es si en Ecuador estamos maduros o no para encarar esta propuesta. Al parecer, por la situación que atraviesa el país, pareciera improcedente insistir en la reelección pues sienta un precedente poco edificante para una democracia que se encuentra en dificultades como la ecuatoriana.

A la luz del devenir político ecuatoriano, se debe recordar que la iniciativa de la reelección presidencial propuesta por el partido de gobierno no es nueva y saca a relucir una vez más el hecho innegable que su consideración ha merecido un juicio histórico negativo. Tal vez uno de los aspectos que ha primado, reside en que no permite una mayor renovación de los cuadros políticos y del liderazgo, e incentiva la conformación de roscas caudillistas que medran a la sombra del poder. Ello en un país como el nuestro no es una razón subestimable.

Con relación a este acontecer se debe reconocer que, si bien es cierto que el presidente se constituyó en un líder relevante que concibió, durante el tiempo electoral, la idea de impulsar un proyecto de cambio, incorporando a sectores sociales marginados y la recuperación de los recursos naturales; no es menos cierto que existe gran desencanto entre la población que lo apoyó decididamente, dado que ha empezado a advertir sus aviesas intenciones, al tratar de IMPONER el Socialismo Siglo XXI, bajo una matriz exterior y caduca.

Sin embargo, la cuestión toca también al partido de Gobierno convirtiéndose en auténtico dilema, ya que es el entorno presidencial quien de manera particular trabaja la reelección.

Piensan que a través suyo, pueden perpetuarse en el poder. La estrategia consiste en aprobar «en grande» una propuesta Constitucional, en la que el art. consagra la «reelección consecutiva» y, sin más trámites, trasladar este resultado a un Referéndum consultivo.

Contrariamente a aquello, algunos dirigentes del Partido de Gobierno creen, con todo derecho, que este no es el mejor momento para alterar las reglas de juego internas.
Respecto de si la reelección es conducente a formas dictatoriales de ejercicio del poder, existen diversos criterios, casi todos ellos convergen en que la reelección crea condiciones para abusos de poder o para la gestación de dictaduras, sin embargo, el problema no reside en la figura misma de la reelección sino en la cultura política de cada pueblo.

Finalmente ¡La reelección! cuando un dirigente político comienza a pensar que es imprescindible, que es insustituible, comienza a nacer un dictadorcillo. No creo en la palabra insustituible. No existe nadie que no sea sustituible o que sea imprescindible.

Patricio Varsariah.
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La vida es muy peligrosa, no por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.

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