Minutos antes habmos visitado el taller de cerrajer de «Julito Jaime», con uno de los trabajadores habmos llegado a un acuerdo para realizar un trabajo en un barrio de la Ciudad, para reponer una llaves perdidas.
Al volver para tomar el vehulo y trasladarnos al lugar convenido, el responsable del taller dijo, «hoy no podemos hacer el trabajo, le pido que lo hagamos mana».
La respuesta nos tomde sorpresa, tratamos de insistir ante la urgencia de reponer las llaves, pero de pronto logramos ver que el joven estaba llorando, volvimos la mirada ante la serita encargada de cobrar el dinero y tambi brotando lrimas.
Fue allcuando preguntamos sobre lo que estaba sucediendo, la respuesta no se hizo esperar, «Julito acaba de morir», dijo con voz entrecortada el cerrajero.
En efecto, «Julito Jaime» como le llamaba carisamente el hombre com, como lo conocisu pueblo, hab dejado de existir, eran las 11h00 del viernes 12 de marzo.
Vtima de un infarto
Luego de permanecer por m de un a en mal estado de salud, a causa de un infarto, dejde existir el viernes anterior, Julio Enrique Jaime Plaza de 80 as de edad, quien fuera un destacado hombre plico de la ciudad de Esmeraldas.
En el a 1969 ocuplos cargos de concejal, vicealcalde y posteriormente alcalde del Cant, dignidades que las desempe con honradez, lo que lo hizo ser acreedor al reconocimiento de sus conciudadanos, que lo consideraron un personaje intachable, de mucho respeto.
Julio Jaime Plaza, fue el hijo mayor del hogar formado por Julio Jaime Mercado y Aurea Victoria Plaza Monz. Sus estudios primarios los realizen la escuela Juan Montalvo, los primeros as de la secundaria los cursen el colegio normal Luis Vargas Torres, donde jugaba fbol y sufriuna caa que le lesionla cadera.
A causa de su lesi , se fue a recibir atenci mica a Quito, y despu continucon sus estudios en el colegio Mej, obteniendo su tulo de bachiller.
Quiso ser mico
En su af de ser mico inicila carrera de Medicina en la Universidad Central de Quito, allestudicuatro as, sus familiares lo recuerdan como el excelente alumno que lo ico que buscaba en la vida era superarse y trabajar en el bito en que se preparaba.
Lamentablemente cuando cursaba el quinto a de Medicina, su padre falleci motivo por el cual tuvo que abandonar sus estudios y regresar a Esmeraldas y dedicarse a trabajar junto a su madre, para continuar con la crianza y educaci de sus hermanos menores.
Los valores icos y morales que sus padres le inculcaron, los puso en prtica cada minuto de su vida, para , el dinero era la corrupci m grande del mundo, que da los sentimientos del ser humano. Por eso si alguna persona necesitaba ayuda econica, no escatimaba esfuerzo para dsela.
Julio Jaime, siempre vivijunto a su madre en una vivienda, ubicada en las calles Olmedo entre 10 de Agosto y Nueve de Octubre, cria varias chicas como miembros de su familia, a quienes les dada estudio para que en el futuro fueran unas profesionales, muchas de ellas se casaron e hicieron su vida, pero siempre recordando que Julio Jaime, era mucho m que su padre.
El Polico, profesor y escritor
Julio Jaime fue muy reconocido en la ciudad y provincia de Esmeraldas, pertenecial partido Socialista, llegando a ocupar los cargos de concejal, vicealcalde y posteriormente Alcalde del Cant, soresalisiempre por la prtica de los principios icos y morales.
Trabajpor m de 40 as en el colegio 5 de Agosto hasta hace unos cinco as aproximadamente, en que se acogia los beneficios de la jubilaci.
Pese a sus mtiples ocupaciones, escrib versos en un periico local llamado Cosmopolita, cada verso lo suscrib con el seudimo de » Plumadas».
Adem siempre estuvo al frente de su negocio de cerrajer que estubicado en las calles Bolar y Rocafuerte, el mismo que hace un a esta cargo de su hija, Indira Jaime Lazo.
Hace un a fue operado de glaucoma y cataratas, pero perdila visibilidad, to hizo que se alejara del negocio para mantenerse en reposo y dedicar la mayor parte de su tiempo a escuchar la radio, donde se predicaba la Palabra de Dios y la mica cubana que era de su preferencia.
Alcira, Car y Cristina Jaime Plaza, recuerdan a Julio Enrique, como el hombre tegro, humanitario, quien siempre brindaba ayuda sin esperar recompensa.