Espacios de intercambio para reforzar culturas

Espacios de intercambio para reforzar culturas
INTERÉS. Waylon Ballew (der.) y Thelma Antonio (izq.) aprovecharon para intercambiar artesanías.

Desarrollo, planificación, respeto, herencia y tradiciones son temas que preocupan a estudiantes, docentes y dirigentes de pueblos y comunidades indígenas que buscan inmortalizar en documentos escritos los saberes y conocimientos de sus ancestros.


Alumnos y docentes de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) conocieron lo que es la planificación de las siete generaciones que se aplica en varios pueblos indígenas de Estados Unidos y que fueron dados a conocer recién por Ted Jojola, profesor distinguido de la Universidad de Nuevo México. Es una planificación a muy largo plazo en la que se involucra a los antepasados y a las futuras generaciones, mencionó.


La USFQ organizó el Taller de planificación indígena comunitaria con la presencia de aborígenes ecuatorianos y de Nuevo México-Estados Unidos con el fin de crear espacios de intercambio que permitan socializar estrategias de planificación que, aprendidas fuera, sean adaptadas para beneficio de los pueblos y comunidades, señaló Consuelo Fernández, profesora de Antropología Cultual del Colegio de Ciencias Sociales y Humanidades.

Compartiendo experiencias


El profesor de la Escuela de Arquitectura y Planificación de la Universidad de Nuevo México (Albuquerque-EE.UU.) e indígena del Pueblo Isleta, Ted Jojola, es partidario de una educación adecuada para que los hijos lleven de vuelta a sus comunidades las habilidades y las estrategias aprendidas y elaborar planes no a mediano plazo, como se suele hacer en la comunidad occidental, sino a largo plazo, que involucre algunas generaciones.

Esto habla de las siete generaciones. En su caso, dice, la planificación viene del bisabuelo, abuelo y padre y seguirá en sus hijos, nietos y bisnietos. Pero siempre conservando sus tierras y espacios, pequeños o grandes, que permiten formar una cosmovisión particular en evidente relación con la naturaleza, la cultural, el lenguaje y otros aspectos.


“Con la planificación indígena se trata de adquirir elementos y herramientas nuevas para adaptarlas al desarrollo de las comunidades con el fin de fortalecer la cultura y la identidad, que al final del día permanecerán en sus tierras, a diferencia de mucha gente que cambia su lugar de vivienda muchas veces durante su vida y hace que pierdan identidad y espacio de vida”, explicó
Jojola.


Nuevas generaciones están preocupadas


“Jóvenes (indígenas) de Nuevo México y Ecuador han expresado su preocupación de perder la identidad, la cultura, la lengua… son aflicciones similares”, explicó el profesor.


Se está perdiendo la identidad y las tradiciones, un ejemplo se ve en Cañar, donde a la arquitectura vernácula la han reemplazado con el cemento y concreto, que ha traído la modernidad, pero también enfermedades.


Lo mismo ocurre en los pueblos indígenas de Estados Unidos y otras naciones, es así que el Instituto de Diseño Indígena que él dirige busca que la gente joven que sale de sus pueblos y comunidades a educarse en grandes ciudades, aprendan los elementos necesarios para aplicarlos en beneficio y en el desarrollo de sus lugares de origen bajo una adecuada adaptación. (CM)

El interés de generaciones jóvenes


Andrés Pichamba, oriundo de la comunidad de Peguche (Otavalo-Imbabura), que viste pulcramente su traje autóctono (camisa y pantalón blanco con alpargatas) y lleva su trenza, sabe que lo que aprenderá en la universidad lo replicará en su comunidad.


Estudia en la USFQ Interactividad y multimedia y dice estar dispuesto a regresar para que sus conocimientos ayuden a rescatar las constumbres, la lengua, la vestimenta y en su caso el conocimiento total de sus padres, tejedores por historia y por herencia.


“Queremos saber todos esos conocimientos para que no se pierdan y seguirlo difundiendo a las generaciones futuras.”

Escribir los saberes y conocimientos

En el marco del taller, en el que se compartieron experiencias, se mostraron cuentos con conocimientos ancestrales, se habló de la necesidad de usar la tecnología para escribir todo lo que los ancianos han comentado a sus descendientes y de defender su herencia.


Ilda Santi, ex líder del pueblo Sarayacu (Amazonía), como ella mismo se califica, expresó la necesidad de registrar la sabiduría de sus ancestros en libros, folletos, cuentos para que esa historia no se pierda. “Hay que aprovechar que aún viven algunos ancianos que están dispuestos a contar sus saberes que, a lo mejor, les contaron sus abuelos o tatarabuelos”.


En Sarayacu, dijo, hay una sola anciana que es “una biblioteca humana”. A ella recurren los estudiantes para las consultas que les requieren en las escuelas.


“El territorio vivo de la Amazonía es nuestra herencia. Ahí está nuestra comida, nuestra medicina y es esa herencia la que queremos dejar a nuestros hijos”, destacó. (CM)

Planificación de las siete generaciones

En la tradición occidental, por lo general, la planificación se la hace a mediano plazo (5, diez o 10 años), pero en las comunidades indígenas es a largo plazo, en el que se involucra a toda la gente en un proceso que dure toda la vida, manifestó Ted Jojola, profesor distinguido de la Universidad de Nuevo México.


“Si somos la generación de la mitad, tenemos a nuestros padres, abuelos y bisabuelos antes y hacia el futuro están nuestros hijos, nietos y bisnietos, las siete generaciones, que de alguna manera han participado y participarán de la forma en que se viven en las comunidades”, explicó.


“Cuando la comunidad piensa en lo que quiere hacer y en su desarrollo, todas esas generaciones están presentes en esa lógica”, enfatizó.

Objetivos
Difusión de conocimientos


° La USFQ tiene más de 300 estudiantes indígenas de todo el país.


° Lo que se busca es que se interesen en regresar a sus comunidades para trabajar en su desarrollo.


° Es por estas razones que se quiere crear espacios de intercambio para socializar estrategias de planificación indígena.

Espacios de intercambio para reforzar culturas
INTERCAMBIO. Las comunidades indígenas de Ecuador y Nuevo México compartieron experiencias.

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