Varios obstáculos se deben atravesar durante la convivencia en pareja. El desequilibrio económico resulta ser el más complicado.
Una de las cosas que quizás agota más a una relación es la constante discusión que se teje alrededor del dinero: pagos de luz, comida, ropa, escuela, entre otras necesidades. Esto hace que una familia pueda perder la calma e incluso desestabilizarse.
Existen matrimonios que llevan bastante bien las dificultades económicas y otras que realmente no las soportan, pues sobre esta realidad de dinero apoyan y descargan una arremetida de deseos, esperanzas y, sobre todo, idealizaciones que se han tejido durante todo el tiempo transcurrido en pareja.
Hay ocasiones en los que los conyugues se plantean un lineamiento basado en que tan solo uno de ellos se hará cargo de la economía familiar y, claro está, cuando esto se ve afectado la misma esposa y hasta los hijos empiezan una demanda irracional sobre el responsable, sin considerar que estos son también parte de esa familia.
‘La cartas sobre la mesa’
Hay familias que se organizan sintiéndose un equipo en el que todos están incluidos. Inclusive los hijos deben, al llegar a cierta edad, aportar para el bien común, creando vínculos más solidarios, aunque inevitablemente cuando uno de ellos se ve afectado por el peso de un despido también surge una demanda y un pedido por parte del grupo.
Ana Correa, sicóloga especialista en parejas, afirma que hablar de dinero dentro del marco de una relación es muy incómodo.
“Resulta mucho más saludable hablar y poner las cartas sobre la mesa. De ese modo hay una línea clara que separa el aspecto práctico del afectivo. Dejar este tema sin hablar, sobre todo en tiempos de crisis financiera, es la manera más efectiva de causar una discusión por la falta de dinero en el hogar”.
Todos a ‘poner el hombro’
El trabajo remunerado ha representado una de las fuentes de poder y recursos más importantes para la generalidad de los hombres, así como una forma de identidad. Así, cuando están desempleados o tienen un puesto precario se generan serias lesiones en el autoestima.
En Ecuador, la mayor crítica recae sobre el hombre que pierde su capacidad de atender económicamente a su casa. Ante esto, la especialista menciona:
“Tradicionalmente el esposo debe suplir todas las necesidades del hogar y demostrar lo ‘importante que es su papel’, cumpliendo con ‘aquello’ que se supone debe hacer un varón”.
Hay que tomar en cuenta la existencia de situaciones donde el uso del dinero sirve como un medio para agredir al grupo familiar o específicamente a uno de sus miembros.
En definitiva, todos deben ‘poner el hombro’ en una familia cuando de lo económico se trata, más si hay crisis. (MLY/INTERNET)
Poco dinero, mucho amor
La popular frase de ‘El dinero va y viene’ se ha dicho siempre, y es una verdad absoluta. Así como también es un hecho que una crisis económica resulta ser un problema, hay que tener en cuenta que el uno y el otro deben resolver el tema en vez de agrandarlo.
El dinero es un tema considerado como ‘tabú’ entre compañeros sentimentales, pero la única manera de que no se interponga en medio de una relación es sacarlo a la luz claramente.
Hablar y discutir las finanzas abiertamente entre los dos es absolutamente necesario y, una vez que se hace, la tensión desaparece instantáneamente sin importar la gravedad del problema económico por la que se esté atravesando.
Lo ideal es que ambos se unan para enfrentar la crisis en vez de dejar que esta los separe.
El complemento del amor
La economía y el afecto parecen dos cosas pertenecientes a diferentes mundos. La primera es pragmática, la segunda ideal. Sin embargo, dentro de una relación estos dos elementos se entrelazan y llegan a ocupar un espacio muy importante en la vida de ambos.
Hay personas que piensan que no se debe mezclar amor con dinero, pero en el caso de una relación sólida y que planea crecer con el tiempo, es muy importante dejar este asunto muy en claro para evitar después malos entendidos y dolorosas experiencias.
El dato
Evita la mala administración de los ingresos y gastos familiares que originen un endeudamiento o derroche excesivo para el hogar.
Realidad
Los sentimientos no quedan de lado
° Uno de los aspectos fundamentales que no hay que olvidar es en qué posición de afecto se encuentra cada uno y cómo desde esa necesidad de cariño, de posesión, de frustración, de rabia o de comportamiento solidario va a relacionarse con la economía en casa.
° Si los miembros de la familia se quedan en la posición de que es el otro el que tiene que resolver el problema, entonces la crisis se hará inminente y la parte económica terminará siendo el mejor vehículo para destrozar todo lo que se ha construido en conjunto.