Si el perro va a participar en un evento deportivo, requiere de un entrenamiento previo.
Las mascotas caninas necesitan ejercitarse todos los días y, dependiendo del tamaño y de la raza, esto puede ser de 30 minutos a dos horas. Esto les ayuda a mantener un buen estado de salud, a socializar y sobre todo a compartir tiempo con el o los dueños. Esta actividad es aún más importante cuando se pretende participar en algún evento deportivo que requiere de un poco más de esfuerzo por el tipo de caminata o trote y la distancia de cada evento.
Los sabuesos al igual que las personas necesitan de preparación previo a una competencia deportiva para evitar muchos inconvenientes. Los que no están acostumbrados al ejercicio no deben participar, señala el veterinario Andrés Fierro.
Mientras que Carlos Charri, adiestrador canino, sugiere que los perros que participen en carreras o caminatas estén socializados para que no tengan problemas con otros animales y con las personas que están a su alrededor.
Primero la salud
Aunque en competencias deportivas pueden participar canes de todos los tamaños, las razas y las edades, es necesario que el perro sea revisado previamente por el médico veterinario para asegurar su estado de salud, recomienda Fierro.
Charri añade que el animal no debe estar obeso, si es hembra que no esté preñada para que no afecte a su salud ni la de las crías, que no esté en celo para que no alborote a los machos participantes, que estén desparasitados interna y externamente para evitar la transmisión de parásitos, que tengan las uñas cortas para impedir daños físicos y, además, que porte un collarín con sus datos y se lo mantenga con una correa siempre junto al dueño.
En cualquier caminata o competencia es el dueño del animal el responsable de su integridad, es por esto que Charri recomienda, durante un evento deportivo, no presionarlo ni exigirle más de lo que puede hacer. Hay que permitirle avanzar a su ritmo. Cuando hay un sobreesfuerzo físico la mascota puede presentar una hiperventilación, que es cuando el can comienza a jadear, respirar más rápido y tratar de llevar mayor oxígeno a los pulmones y consecuentemente al organismo, indica el veterinario Fierro.
Trabajo desde que llega a casa
La socialización de las mascotas ayuda mucho a mantener una buena relación en casa y fuera de esta. Se evitará jaloneos, persecuciones, problemas con otros perros y ataques a personas.
Entonces, cuando un canino llega a un hogar lo primero que hay que hacer es crear una buena comunicación, lo más clara posible, honesta y ecuánime para hacerle entender lo bueno, lo malo y lo feo, dice Charri.
Una socialización adecuada más el vínculo afectivo que se crea entre el hombre y la mascota abrirán el camino hacia una buena educación, para que el can sea sobre todo obediente, porque “el perro es lo que nosotros hagamos de él”, asegura.
Educarlo, socializarlo y hacerle entender que es el último de la manada, pero que es igual de querido como el resto de la familia, permitirá una convivencia adecuada y favorable.
Pero para lograr esta convivencia se debe compartir tiempo con la mascota, darle de comer siempre a la misma hora, realizar buenos paseos diarios, jugar con él, peinarlo y ante todo cuidarlo, caso contrario crecerá sin obedecer órdenes y más tarde se hará difícil corregirla, porque se le habrá permitido crecer con una conducta errónea, añade. (CM)
Beneficios
La socialización
Tanto para el dueño como para el animal los beneficios son múltiples y le ayudarán a vivir en paz con el resto.
La socialización significa respeto a los demás, por eso es que en el parque respetan el espacio público y comparten con personas y animales sin alterarse.
Esto alimenta la relación perro-persona y da la tranquilidad al resto de gente, porque no habrá ataques ni agresión.
No hay sudoración
El perro no suda cuando hace mucho calor o está en alguna actividad física. Todo se manifiesta a través del jadeo, la salivación y una sudoración en las almohadillas plantares, informa el veterinario Andrés Fierro.
Son las plantas de las patas de las mascotas las que también se ven afectadas ante una competencia, por el hecho de mantenerse en contacto con cemento caliente que suele quemarles.