País a la deriva

Christian Pérez

Estos días fueron reveladores para reconfirmar que hace mucho somos un Estado fallido. En efecto, el Comandante de la Subzona de Esmeraldas, William Calle, admitió que las bandas superan en número a la Policía Nacional, indicando además que no controlan el Centro de Rehabilitación de la localidad; es decir, el Estado perdió el control de esa zona y el terror, la extorción y el asesinato son imparables. Similar situación se vive en el resto del país, con mayor intensidad en Guayas y Manabí.

La situación del país es evidente pero, ¿qué hacen las autoridades? Pues el presidente de la Corte Nacional de Justicia, Iván Saquicela, mantuvo una reunión clandestina con el presidente de la Asamblea Nacional, Virgilio Saquicela, que se sabe son parientes, Hasta ahí, una “inocente” reunión familiar. Pero, la presencia del asambleísta por Tungurahua, Esteban Torres, jefe de la bancada del PSC, genera suspicacia, ya que más allá de dar explicaciones, ha intentado reducir la situación a un chiste por haber sido descubierto con las manos en la masa. ¿Se reunieron secretamente para buscar soluciones? Ninguno de los tres personajes ha logrado justificar el objetivo de esta reunión y peor aún, los resultados o acuerdos alcanzados. Esta información debería estar sujeta al principio de publicidad ya que son funcionarios públicos, cuyas remuneraciones provienen de fondos públicos y no existe declaratoria de confidencialidad o reserva de la información que manejaron en esta reunión.

Mientras el país atraviesa una grave crisis de seguridad, nuestras autoridades, en lugar de buscar opciones y propuestas, desde sus competencias, que permitan generar una estrategia nacional que haga frente a esta desagradable realidad, más bien, al parecer, mantienen agendas con desconocidas intensiones.

En definitiva, vemos una función ejecutiva que vive del cuento y en una realidad imaginaria, y una función legislativa y judicial que generan acuerdos secretos. Si lograran entender que, en el camino que estamos, pronto no habrá Estado para repartirse, ¿será que de una vez actúan y salvan el pastel llamado Ecuador?