Destruir para construir

Por: XAVIER MORÁN FERNÁNDEZ

Suena un poco jocoso el tema que usted apreciado lector está revisando, pero parte de ciertas realidades que a la gran mayoría de personas nos ha tocado experimentar en alguna etapa de nuestra existencia. En ciertos procesos encontramos respuestas con bastante lógica que conllevan a que tengamos que destruir algo que ya está construido para dar paso o advenimiento a algo nuevo, pero con bases mucho más sólidas y resistentes.

El mismo Dios tuvo que recurrir a la destrucción para encauzar a la humanidad cuando vio que esta se estaba descarriando, en el mundo de los negocios esta constante se aplica para poder enfrentar el día a día ante la eventual competitividad y demanda que se puede presentar; pero esta premisa en el ámbito político no es de mis preferidas ya que siempre he creído que de antemano debe existir conciencia histórica para conocer acerca de los procesos que conllevan cambios y sobre todo el actuar de los ciudadanos que tienen o anhelan el poder.

Hago esta reflexión por dos situaciones: la primera lo que se viene desarrollando desde la asunción al mando de parte del señor Lenin Moreno, ya que es notoria una pugna entre dos alas del movimiento oficialista, quienes llevados por un valor o principio humano que denominamos lealtad, no se dan cuenta que siguen causando un grave daño a una sociedad que lo único que desea es salir de una burbuja que cada día se vuelve más volátil y a punto de explotar.

Y la otra está ligada a lo local, donde antes de prender el fuego muchos ya desean servirse la sopa, y vemos cómo pululan posibles candidatos, entre los de siempre y algunos noveles que piensan que hacer política es cambiarse de medias y a la final serán parte de lo mismo.

De que hay que cambiar nadie lo duda, pero sería prioritario que quienes hacen o desean hacer política destruyan de sus esquemas mentales el arribismo, el oportunismo, y se empiece a construir un verdadero proyecto tanto nacional y especialmente aquí en lo local.

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