Consideran que se necesita mayor énfasis en la zona rural, donde hay más violencia.
En Santo Domingo hay lideresas que no nacieron en esta tierra, pero llegaron por un tiempo determinado y sin darse cuenta se radicaron definitivamente para continuar su lucha a favor de las féminas.
Son muchos los nombres de activistas sociales que sin ser hijas de este territorio han sabido plasmar proyectos beneficiosos, en su mayoría a favor de los grupos más vulnerables.
Desde Quito
María Piedad Maldonado Donoso es quiteña de nacimiento, pero ahora se autodenomina como santodomingueña de corazón porque desde su llegada se enamoró de sus paisajes.
Aproximadamente hace cuatro décadas arribó a esta localidad por cuestiones de trabajo. Al principio su objetivo era permanecer un tiempo determinado y retornar a su lugar de origen, pero el destino hizo que se quede de manera definitiva.
Al poco tiempo ingresó en la lucha social e integró uno de los primeros comités de provincialización, esto aproximadamente en 1984. También se vinculó en las organizaciones sindicales y participó en innumerables acciones sociales.
Fue parte del cooperativismo en la Venceremos y su destacado accionar permitió que ocupara cargos en diferentes instituciones públicas de esta jurisdicción.
“En 1985 organizamos la Unión de Mujeres Trabajadoras. Hicimos masivos cursos de enfermería, primeros auxilios y enseñamos ideas de negocios porque entendíamos que uno de los problemas graves del género femenino era la dependencia económica”, expresó Maldonado.
Desde Cuenca
Emily Torres Larriva nació en la provincia del Azuay, pero su secundaria la hizo en Santo Domingo. Posteriormente migró a Quito y hace cinco años retornó como profesional en jurisprudencia para radicarse definitivamente en la tierra ‘colorada’.
Ella es parte de la Red de Mujeres en Santo Domingo. A través de este organismo participa activamente en múltiples proyectos sociales, sobre todo en la lucha por los derechos de género.
Su profesión como abogada en libre ejercicio ha permitido que conozca la realidad de muchas féminas vulnerables, quienes sufren diferentes tipos de violencia intrafamiliar.
“Somos mujeres que trabajamos sin fines de lucro. Creo que el 8 de marzo es un momento de reflexión para recordar a Matilde Hidalgo, Tránsito Amaguaña y todas aquellas que hicieron realidad nuestros derechos”, manifestó.
Su experiencia le permite opinar que hay mayor vulneración y analfabetismo femenino en la zona rural. Por este motivo, meses atrás impulsaron el taller denominado ‘Empoderamientos que transforman’ para tratar de erradicar la violencia.
“Cada día vemos que el 70% de actos de violencia son perpetrados en contra de la mujer. Esto es una pandemia que cobra más vidas que todos los tipos de cáncer”, acotó Torres. (JD)
“Nosotras reproducimos la vida. Hago un llamado para que sigamos luchando por un mundo mejor y que no nos resignemos a la violencia”.
María Piedad Maldonado
Activista social
“Creo que soy feminista desde niña porque he visto a las mujeres sin voz y sin voto”.
Emily Torres
Abogada e integrante de la Red de Mujeres