Es un momento de reflexión y conexión con la naturaleza, donde se busca renovar las energías y recibir el nuevo año de la mejor manera posible.
En las comunas tsáchilas, se han realizado tradicionalmente cuatro rituales para despedir el año: abundancia, sellar lazos de amor, buena cosecha y positivismo. Sin embargo, en los últimos tiempos, solo se llevan a cabo dos de ellos, el de abundancia y positivismo.
Según Augusto Calazacón, poné de la comuna Chigüilpe, hace varios años atrás, los nativos conmemoraban la fiesta Kasama, conocida como el Nuevo Amanecer, para marcar el final de un ciclo. Estos rituales se basaban en el calendario lunar y tenían una gran importancia para la comunidad.
Con la llegada de la iglesia Católica para evangelizarlos, la fecha de la fiesta Kasama comenzó a coincidir con la Semana Santa. Esto hizo que la celebración se fusionara con las costumbres religiosas de los mestizos.
Ahora despiden el año con ceremonias que se hacen durante la última semana de diciembre. Asimismo, mencionó que los pones de hace cinco décadas comenzaron a integrar a los mestizos en estos rituales.
Cueva de los murciélagos
Santiago Aguavil de la comuna El Poste se prepara para recibir a los turistas para que sean parte de los rituales de limpias y toma de ayahuasca.
Indicó que estas ceremonias se realizan en la ‘cueva de los murciélagos’, un lugar espiritual donde la madre naturaleza transmite mucha energía. También se podrá limpiar el aura y el espíritu.
Templo de Yona’ Na
Mientras tanto, en el centro cultural Mushily, ubicado en la comuna Chigüilpe, también están a la espera de turistas locales y nacionales para los rituales.
En este centro cultural, dispone de un espacio al que han llamado el templo de Yona’ Na, utilizada por el poné Abraham Calazacón en rituales de la ayahuasca. (CT)
Mantener tradiciones
Los rituales se han convertido en una forma de mantener viva la tradición ancestral de los tsáchilas y también han contribuido a la integración de diferentes culturas en la comunidad.
EL DATO
Aunque se han adaptado a los tiempos modernos, los rituales de la fiesta Kasama siguen siendo una parte fundamental de la identidad Tsáchila.