Carlos vende roscas para ayudar a su familia

LABOR. Carlitos sale todas las tardes a vender en la avenida Chone.
LABOR. Carlitos sale todas las tardes a vender en la avenida Chone.

Génesis Vera
Estudiante de la Escuela de
Comunicación Social de la PUCE-SD

En la actualidad, se ha vuelto muy común ver a niños trabajando en las calles de la ciudad, para llevar un sustento económico a sus casas. Los semáforos son puntos estratégicos para vender productos a los vehículos que detienen la marcha. Este es el caso de Carlos Manjarrez.

Carlitos, como suelen llamarlo, es un niño de 11 años, de nacionalidad venezolana, vive en la cooperativa 17 de Diciembre junto a sus padres y una hermanita de 2 meses. Estudia en la unidad educativa Modelo Santo Domingo en las mañanas y en las tardes se dedica a vender roscas en la avenida Chone, para ayudar a sus padres en los gastos del hogar; labor que, según dijo, la hace de manera voluntaria.

“Si tú compras roscas, eres feliz, yo soy feliz y todos somos felices”. Es la frase que usa Carlitos para motivar a las personas a comprar. Indicó que hay días buenos y otros malos.

Su papá se dedica a vender cloro en diferentes cooperativas de la ciudad. como la Santa Martha, Luz del día, Ciudad Nueva y Ciudad verde.

Mejores días

Esta actividad la realiza desde hace cinco años, en este tiempo llegaron de Venezuela a Ecuador. Salieron de su país en busca de una mejor oportunidad de vida.

Ana Mena, moradora del sector de la avenida Chone, comentó que conoce a Carlitos desde hace un año, siempre lo ve vendiendo en las tardes. “Es un niño educado, respetuoso e inteligente, que anhela sacar adelante a su familia y sueña con ser un gran doctor”, explicó.

EL DATO
En Ecuador está prohibido el trabajo infantil, porque priva a los niños de su infancia.