<small><tt>Visiones</tt></small><hr>Revive la ‘fuerza’

Star Wars revive la ‘fuerza’ del niño interior

‘Star Wars’ resulta imborrable. Tenía alrededor de cuatros cuando la vi. Al igual que su creador, George Lucas, –que ha contado la historia sobrepasando la cronología-, no arranqué con lo que se supone el inicio de entonces. No fue ‘Una nueva esperanza’ (primer filme, pero cuarto episodio) mi cinta de inicio. Todo comenzó con ‘El retorno del Jedi’, lo que hasta hace pocos días era el episodio final.


A diferencia de mis primos mayores, no fueron las curvas de Leia –una Carrie Fisher seductora y sensual sometida por Jabba el Hutt- quien se robó mi atención: Luke Skywalker, de baja estatura y con aire infantil, podía controlar todo con su mente y vencer al rival. Ese hombre con aspecto de niño me representaba y, con más serenidad que el arrogante Han Solo, iba envolviéndome dentro de la ‘fuerza’. Qué decir de su padre, Death Vader, quien paradójicamente, y tan lento como su respiración agitada, invitaba también a que pruebe el ‘lado oscuro de la fuerza’.


Casi 30 años después, comparto el criterio de Carlos Sánchez Montoya, comunicador ambiental, quien regenta el Museo de Star Wars en Quito: la saga creada por Lucas es una historia infantil. “Puede que haya conceptos políticos, religiosos, un aire místico, pero en esencia es una película para niños, y eso es lo maravilloso”, sostiene.


Y si para mí resultó inquietante ese inicial Episodio VI, para él resultan mucho más impresionantes las primeras películas de las trilogías: “Sin duda, ‘Una nueva esperanza’ y ‘La amenaza fantasma’ deben ser las entregas más infantiles. Y, seguramente, ‘El despertar de la fuerza’ (Episodio VII) repite esta estrategia: se trata de que nuevas generaciones se dejen cautivar por toda la fantasía espacial”.


Sus argumentos pueden tomar formas. Varios personajes representan lo que Sánchez Montoya explica. Basta recordar la aparición de un “robot cuida niños” como C-3PO y su contraparte, el travieso y pequeño R2-D2 que emite sus pitidos tan solo entendibles para la imaginación de un niño. Después, en la siguiente trilogía, aparecerá un torpe, pero dulce y leal, Jar Jar Binks, criticado por muchos fans, pero que se convirtió en el personaje de enganche para los más pequeños, quienes resaltan más las fortalezas de este gungan que sus despistes. Ahora, el robot BB-8 tiene en su poder la fuerza para atraer a las nuevas generaciones.


Y sí, el mercadeo es parte del juego, y con Disney a la cabeza, la sospecha de los hilos de la publicidad genera mayor desconfianza. Sí, están las preventas, el gran estreno, las largas filas y la compra de sus figuras; pero también invita a que la imaginación, esa que parece ser enajenada, tenga un respiro.


Íñigo López, en un artículo para el Diario El País, dice: “Los niños de los 70’, aquellos que tenemos la edad suficiente para recordar el estreno de lo que ahora es el ‘Episodio IV’, hicimos el viaje de la mano de Luke Skywalker. A pesar de su aspecto de adolescente es un niño. En su vida no ha entrado el sexo. Aquella granja aislada en aquel planeta desértico no era en esencia tan distinta de una gris ciudad occidental… Aquella sensación de estar solo en un lugar aburrido cuando la acción estaba en otra parte, era universal”… En fin, la fuerza del niño interior –pese a ser un cliché- es la única que puede quitarnos el aburrimiento. (DVD)