Una entrevista sin desperdicio….

Edgar Freire Rubio

Revista Rocinante, como parte de su sumario, lleva casi siempre un inquisitorio.

En la No.91 (mayo, 2016), Cecilia Velasco se pone cara a cara con Lupe Rumazo.

En casi 11 páginas la Académica de la Lengua dice sus verdades. Y como este Librero conoció a su padre y, por supuesto, a la entrevistada, me ha gustado lo que expresa con ejemplaridad. Solo sacaré algunas perlas: “No creo en paraísos, no obstante que tales existan. Y los haya maravillosos, en las religiones, en la literatura y en el arte. Situar el paraíso en la infancia me parece concepto vano(…) La escritura deber ser rebelde, de otra manera no solo se reiteran lecciones o visiones, sino que no se aportan otras y no hay especialmente un internamiento vital en lo que se escribe(…) Soy eminentemente nietzcheana y no creo en el perdón. Debo, pues, yo ejercer con mi escritura una suerte de justicia(…) El Ecuador ha sido sumamente ingrato, a veces hostil con nosotros. Hay naturalmente excepciones(…) Tengo tres libros inéditos. Ha sido muy difícil editar.

Están listos. Se me ha postergado sucesivamente o prometido en vano. Y en ello incluyo a Casas de la Cultura, editoriales particulares. Ministerios(…). Creo firmemente que la vida no termina en la muerte y así he sostenido en mis libros…”.


Lupe Rumazo tiene razón en todo lo que confiesa. Ni siquiera el Premio Eugenio Espejo ha llegado merecidamente a sus manos. Lo que la amiga desconoce es que aquí a determinados premios se llega con palanqueos, haciendo ‘lobby’, llenando solicitudes y la hoja de vida, recomendaciones de ‘amigos’ (literatos, especialmente). Pidiendo a allegados y familiares que por las redes sociales, digan de usted que es una “maravilla y que es hora de que ya reciba este premio jugoso”.


Por algo será que Hernán Rodríguez Castelo (su colega de Academia), nunca ha sido agraciado, peor, Iván Carvajal, Alejandro Moreano, Fernando Jurado, Segundo Moreno Yánez, Mario Campaña, Irving Zapater, Simón Espinosa, La Rana Sabia o Malayerba. Y acaba de fallecer Alfredo Costales sin ser reconocido su talento. Y que sus libros o de los de su padre no aparezcan en nuestras Librerías, no es novedad. Se gasta papel en cosas mediocres. Alégrese de que sus libros han sido leídos y digeridos.


Leonardo Valencia ya dijo refiriéndose a usted: “Con Lupe Rumazo se dio un grave caso de marginación intelectual(…) es mucho más inteligente y culta que todos nosotros…”. ¿A propósito, quién será el próximo premio Eugenio Espejo en el área literaria? Se aceptan apuestas. Leo en la prensa muchos postulados y que son amigos, pero creo que deberán esperar.

En materia


“Zapatero a tus zapatos”, decían nuestros viejos. Luis Mora nunca deja de enviarme el ‘pan caliente’ de su horno bibliográfico: ‘¿Vivimos en democracia? Análisis conceptual del régimen político de la revolución ciudadana, de César Montúfar (qué pregunta ‘inoficiosa’ dirán nuestros revolucionarios, que ni siquiera leerán a este hombre valioso); ‘La gobernanza ambiental en Ecuador. Historia, presente y desafíos’, de Pablo Andrade (coordinador); ‘Chile y Ecuador, un caso de Relaciones paravecinales’, de Abraham Quezada Vergara (académico chileno) y ‘Reforma y Renacimiento. Conversaciones docentes sobre la Reforma Universitaria en Ecuador’, donde Cristina Cielo, Pablo Ospina y Cristina Vega son coordinadores.


Obviamente, estas obras son del maridaje de Corporación Editora Nacional y la Universidad Andina Simón Bolívar. Libros que siguen enriqueciendo sus colecciones (Biblioteca de Ciencias Sociales, Estudios Internacionales y Debate Universitario). Dada mis limitaciones, he puesto en el velador lo de César Montúfar y lo de la Reforma Universitaria. ¡Prometo ‘devorarlos’! ¿Y Ud., amigo lector?

Otras lecturas


Con justificado retraso, la poeta Anita Minga, me regala ‘Tobacco Dogs (perros de Tabaco)’. Una bella y digna edición de The Bitter Oleander Press (Nueva York, EE.UU., 2013). Alexis Levitin es el traductor al inglés. Un reconocimiento a esta joven amiga que justifica con su poesía dura, íntima, desgarradora, catártica.

¡Congratulaciones!


Una inusitada cosecha de revistas ha llegado a mi casillero: puntual y fiel como siempre, Ecuador Debate. Francisco Rhon Dávila y Hernán Rivera no se olvidan de El Librero. El No. 97 (¿celebrarán la número 100?, que ya está tan cerca) dedican a un tema doloroso: ‘Migraciones y violencias’. Está lo más cercano, México, EE.UU. y Centroamérica. El suculento negocio de este tráfico humano. ¡Muy bien! Como forma de agradecimiento, ya están leídas.


Eskeletra festeja acertadamente sus 25 años. Nada liviana. Hay trabajos muy dignos y con rigor. Se nota la mano de todo el Consejo Editorial. ‘Memorias de Cuadernos del Guayas’, la editora Matilde Ampuero con ojo avizor, hace una acertada selección de 1948-1971. Lo mejor y de enjundia. La CCE Núcleo del Guayas festeja los 70 años de esta inencontrable publicación (Gracias, Gustavo Salazar, por este obsequio).

Sorpresa


No sabía que existía la Asociación Ecuatoriana de Bibliotecarios (EEB). Y que Eduardo Puente es su director. Me entero porque han publicado el No.1 de su revista Códice. Muy ‘críptica’ para un lego lector como yo. Además le falta un buen diseño. Creo que es solo apta para sus afiliados. Que tengan larga vida y se hagan ‘oír’ con la ‘utópica’ Ley de Cultura. Fabián Guerrero ya está metido en otra aventura de Editor. La Revista (No.1) de la Facso ya está digerida. Se justifica el subtítulo: ‘Lecturas, reflexiones, asombros’. ¡Que tengan larga vida!


Dos o tres libros quedan pendientes para fines de julio. Roberto Talledo pone en mis manos, ‘La máquina de la fe (relatos). Tenga paciencia. Me espera unas leyendas de mi desaparecido historiador Miguel Ángel Puga.


Mi ‘mecenas’, Fabián Guarderas Jijón, me hace llegar: ‘La cabaña de Heidegger. Un espacio para pensar’, de Adam Sharr, y ‘Los muchachos de Zinc. Voces Soviéticas de la guerra de Afganistán de Svetlana Alexiévich’ (Premio Nobel de Literatura, 2015). ¡Gracias, buen amigo!


Confiemos que Artes siga con vida. Que la ‘agonía’ sea larga. Todo fenece. La prensa vive momentos difíciles y peor las revistas culturales. Los bienhechores no existen ¿La ‘ofrecida’ Ley de Cultura delineará algo sobre una Ley de Mecenazgos? Estoy pidiendo peras al olmo. ¡Hasta luego!