Frida Kahlo: Dolor, Rivera y bisexualidad. Por Karla Jaramillo Puertas

OBRA. Exvoto (ofrenda religiosa) en agradecimiento por la recuperación de Kahlo luego del accidente suscitado en el autobús cuando ella tenía 18 años.
OBRA. Exvoto (ofrenda religiosa) en agradecimiento por la recuperación de Kahlo luego del accidente suscitado en el autobús cuando ella tenía 18 años.

La realidad detrás el mito de la artista más representativa del arte mexicano del siglo XX, Frida Kahlo.

Por Karla Jaramillo Puertas

Existen tres elementos particulares en la obra de la artista mexicana Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón. El primero, es el sufrimiento y el dolor que le provocaron las múltiples enfermedades y accidentes que sufrió a lo largo de su vida.

Se dice que a los 6 años padeció de poliomielitis, aunque la escritora Martha Zamora, autora del libro ‘En busca de Frida’, sostiene que fue un invento de sus padres. La verdadera enfermedad, señala la experta, fue su espina bífida, que es un defecto en la columna vertebral o en la médula espinal. “La hermana menor tiene secuelas de espina bífida, tiene también corsés, tiene también operaciones, pero ella no las pinta y nosotros no las conocemos”.

La literata cuestiona la razón por la que la familia hablaba de una poliomielitis que nunca se dio. “Pensaban que pudiera ser algo que ellos le habrían heredado a sus hijos, puesto que tres de ellos lo habrían tenido y además, que éstos hijos podían trasmitirlo a su propia prole”. Zamora considera que esta sería una de las causas que impediría los embarazos de la pintora. “Frida debe haber creído esto vivamente, porque nunca se animó a terminar un embarazo”.

Mito o no, lo cierto es que las pérdidas le causaron una fuerte dolencia, que fue plasmada en cada uno de sus cuadros, en los que los fetos y los alumbramientos fallidos forman parte de sus pinceladas.

CREACIÓN. El aborto y el alumbramiento son parte de sus temáticas.
CREACIÓN. El aborto y el alumbramiento son parte de sus temáticas.

Su relación con Rivera
El segundo factor es la relación ‘amor-odio’ que mantuvo con el también pintor y muralista Diego Rivera. Unión que generó murmuraciones no solo por los 21 años de diferencia entre ambos, sino también por el aspecto físico. “Eran opuestos: él regordete, vestido de trajes oscuros… ella, menudita, flaca, con traje de tehuana, que era el preferido de Rivera”, aclara el profesor bogotano Fernando Salamanca, en el diario El Tiempo. El casamiento que Kahlo lo inmortalizó en el cuadro denominado ‘El matrimonio de una paloma y un elefante’ así como otros en donde su pareja era el protagonista.

La relación estuvo cargada de infidelidades, incluida la relación de Rivera con Cristina, hermana menor de Frida. Y la de Frida con el político y revolucionario ruso León Trotsky (cuando estuvo refugiado en la casa de los Rivera-Kahlo; luego de ser expulsado de su país por oponerse a Stalin y haber creado el Ejército Rojo).

Como tercer punto está su bisexualidad. Es conocido que tuvo un romance con la reconocida cantante mexicana Chavela Vargas y varias mujeres más. De ahí que se desprenda su dualidad entre hombre-mujer. Un ejemplo de ello es la pintura del venado con cuernos de macho, pero que tiene el rostro de ella, aclara la docente de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco (UAM-X) Eli Bartra. También argumenta que Frida “pinta lo masculino en ella misma. Acentúa los rasgos masculinos de su propio rostro de la misma manera que acentúa los femeninos”, incorporando así el elemento andrógeno en sus retratos.

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Corsés, vestuario y joyas
° En el museo Casa Azul (denominado así por el color de sus paredes), desde el 2014, se exponen la ropa, joyas y atuendos que usaba Frida Kahlo. La exposición permitió visualizar que el gusto por las prendas largas no solo se debía a la elegancia, sino principalmente para cubrir su cojera. Para disimularla, usaba un zapato con el tacón más alto. Piezas como esa están expuestas, así como los corsés de yeso, metal y cuero y los vestidos de Tehuantepec (sureste de Oaxaca).