Retos

Ha sido preocupación individual y colectiva conocer lo que acontecerá en el futuro; para ello, se erigieron suntuosos templos o utilizaron prácticas manejadas por pitonisas, curanderos, brujos, chamanes y videntes, cada quien con su particular forma de mirar y transmitir lo que el común de los mortales no podía hacerlo.

Configurados por ingredientes religiosos combinados con elementos mágicos, míticos, esotéricos, anticiparse a lo que depara el devenir fue, en todos los pueblos y culturas, necesidad ineludible, especialmente para los reyes que planificaban acciones de guerra y de esta manera, asegurar la victoria.

Los oráculos, como el célebre de Delfos, ya no son como antes. Subsisten, eso sí, en el ámbito de los futurólogos que pretenden predecir el porvenir, valiéndose de datos alcanzados en el ámbito de las ciencias sociales. Frente a la pandemia que azota al mundo y a la incertidumbre reinante, no falta preguntarse qué nos deparará el destino, como algunos llaman al tiempo venidero.

Los retos que se vislumbran para la post pandemia son numerosos y acuciantes, sobre todo en pueblos en vías de desarrollo como los nuestros: salud, trabajo, educación, se localizan entre los principales, mientras se acrecientan la pobreza y las desigualdades.

El principal desafío es elegir líderes capaces, honestos, patriotas, alejados de la demagogia, que lleven la nave del Estado hacia puertos de paz, democracia, libertad y prosperidad. ¿Será esto una quimera? Recordemos que en el fondo de la caja de Pandora emergió, finalmente, la esperanza, esa fuerza que lleva a no dejarse abatir por la adversidad. Soñar no cuesta nada, decían sabiamente los antiguos.