Ecuador tiene el mismo esquema de Argentina / Vanguardia

En la Copa América se vieron dos elementos tácticos nuevos. El primero, superioridad numérica en todo el campo. Por ejemplo, cuando México perdió la pelota, todos los jugadores retrocedieron tras la línea del balón, incluso los delanteros se pusieron en una actitud defensiva. Lo otro es lo mostrado por Argentina: precisión en velocidad. Pelotas que vuelan a 70 metros fueron puestas al pie del compañero. No se había visto precisión en velocidad, porque la velocidad desborda. Argentina salió en oleadas y salió al ataque con cinco jugadores. Es un equipo sincronizado. Está jugando al 4-4-2, igual que Ecuador. La diferencia es que los argentinos tienen jugadores muy bien fundamentados. Aquí hay jugadores que aparecen por generación espontánea. Estamos descuidando la niñez, no hacemos nada. La Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), que es la que tiene la plata, no tiene planes para desarrollar futuras figuras. Aquí, en las divisiones inferiores, se trabaja mal o no se trabaja. En ocho años, el país no ha encontrado reemplazo para Agustín Delgado. En la FEF hicieron un edificio bellísimo, lleno de salones, elegantísimo, e iban a implantar un sistema de educación para los técnicos, es decir para preparar técnicos. No han hecho nada.
En Ecuador todos somos culpables de lo que está pasando. Todos nos subimos al carro del triunfo. Hoy no queremos perder con nadie. No tenemos equipo para ganarle a Argentina y aún así estamos enojados porque no salimos campeones de la Copa América. Nos sobredimensionamos. Es cierto que jugamos muy bien en el mundial, pero ¿quién nos sacó? Inglaterra. Nos sacó jugando bien Ecuador y mal Inglaterra.
En lo futbolístico, Ecuador no se equivocó en la Copa. Lo que pasa es que la mayoría de los jugadores de la Selección venían de hacer grandes campañas y llegaron con la cabeza puesta en otra cosa. ¿Qué hace uno cuando lo sacan a recreo? Va a descansar, viva la vida. Entonces estos muchachos tenían puesta la mente en otra cosa. Cuando necesitaban descansar salieron a trabajar. Luis Fernando Suárez dijo, como todo el mundo, vamos a pelear la Copa. No midió las palabras y después tuvo que venir a ofrecer disculpas. Digamos la verdad: no estamos listos todavía. De hecho, en Copa Libertadores no le hemos podido ganar nunca a México. La gente piensa que la táctica se creó para ganar. Se equivocan, la táctica sirve sólo para recuperar el balón. Como técnico uno puede llevar un equipo hasta el área rival, lo que ocurra después es cuestión de los jugadores que eligió. Entonces, si se mira el fútbol que presentó Ecuador, no fue malo. Fue bueno dentro de nuestras capacidades. Creímos que el reemplazo del Tin Delgado era Carlos Tenorio, pero vino cansado y se le acabó la pólvora.
Los microciclos de Suárez sirvieron para ver los relevos generacionales que se pueden hacer. Ahora la gente puede opinar porque tenemos para escoger. En la defensa tenemos ocho jugadores. Iván Hurtado y Ulises de la Cruz tienen como 34 años, ya no van a estar para el próximo mundial. Reascos y Guagua serán la nueva generación en esos puestos. ¿Debe Ecuador cambiar de esquema futbolístico en este momento? No, porque a eso es lo que se está jugando, un 4-4-2. Bolillo jugaba así cuando el equipo perdía la pelota. Suárez llegó y lo pulió. En el fútbol actual el problema es cómo pasar la pelota por el medio campo. Hay solo tres maneras: gambeta personal (eso ya no existe); toques sucesivos cortos (cada vez más difíciles de realizar); y, al pelotazo, por ejemplo, Nacional pasa la media cancha con un pelotazo que tira John Cagua a la defensa contraria. Allá van dos delanteros a saltar y dos volantes agarran el rebote. El avance de Nacional inicia a 30 metros del campo contrario.
Suárez es un tipo serio, con dos arrugas verticales que le cruzan la cara. Es un pedazo de pan pero la imagen que proyecta es la de un hombre serio. El Suárez que tiene que ver Ecuador es el del partido con Brasil. Es el hombre en mangas de camisa, discutiendo con el cuarto árbitro, animando a sus jugadores. Ese es el Suárez que queremos ver.