El exvicepresidente, Jorge Glas, llegó a la cárcel de máxima seguridad La Roca, una prisión con celdas estandarizadas, muy distintas a las villas VIP construidas en la cárcel de Cotopaxi donde permaneció Glas desde 2017 a 2022.
Menos de tres metros cuadrados tiene la celda en la que está recluido el exvicepresidente, Jorge Glas. Este 6 de abril de 2024 fue llevado a la cárcel de máxima seguridad La Roca, tras ser detenido por la Policía Nacional dentro de la embajada de México, en Quito, la capital del Ecuador.
La pequeña celda de Glas tiene un colchón sobre una base de cemento y un inodoro. Además, las reglas en este centro penitenciario son más estrictas. Los presos (al ser considerados de alta peligrosidad) pasan 23 horas dentro de las celdas y tienen una hora libre para caminar en el patio.
Otra característica del lugar en el que está recluido Glas, cabecillas de bandas narco-criminales y jueces y políticos vinculados a Metástasis, es que las celdas no tienen ventanas.
La Roca tiene tres pisos de altura. Es la única con celdas individuales que impiden el contacto entre presos y en las esquinas hay espacios donde se ubica la vigilancia de los agentes penitenciarios y los militares.
Una estancia distintas para Jorge Glas
Desde 2017, Jorge Glas llegó a la cárcel de Cotopaxi tras ser encontrado culpable del delito de asociación ilícita en el caso Odebrecht. En esa cárcel permaneció hasta 2022, pero nunca lo hizo como los demás presos. Las Fuerzas Armadas descubrieron villas vip con diversos lujos: conexión a internet, teléfono, baño privado, patio y agua calientes. Ahí permaneció Glas antes de ser trasladado a la cárcel 4 de Quito donde – según Daniel Salcedo, en los chats de Metástasis– se vive como en casa y hasta se pide comida a domicilio. (AVV)
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