Los niños necesitan saber por qué de un momento a otro su cotidianidad cambia. Por qué los adultos hablan de violencia, atentados, por qué todos están asustados. Los niños merecen saber qué pasa, pero de una manera que no afecte su salud mental. Conozca cómo hacerlo.
«Pregunta en serio a padres y madres, cómo están explicando lo que pasa a sus hijos. El mío tiene 8 años y no sé cómo verbalizar algo que le permita entender por qué está cambiando su rutina sin entrar en detalles que un niño de su edad no tiene por qué saber. Gracias por su ayuda», escribió en su cuenta de X, Daniela Chacón, exconcejala de Quito.
Como ella, muchos padres deben hacerse la misma pregunta y, en la misma red social, Alegría Crespo, experta en educación, dio pautas para hablar de la violencia que vive el país, con los más pequeños de la casa.
«En estos momentos debemos precautelar la salud mental de nuestros niños, niñas y adolescentes», indicó Crespo y dio cuatro pasos a seguir:
1. Deben saber lo que sucede pero es preferible evitar videos explícitos, detalles dolorosos, información innecesaria.
2. Aprovechar para hablar con ellos sobre las fuentes: Que sepan qué están viendo, qué están oyendo, de dónde viene la información.
3. Mantener orden y rutina en casa: encontrar lugares apropiados para estudiar y trabajar y que la jornada se desarrolle de la mejor manera.
4. Ser ejemplo de templanza y tranquilidad: ellos están viendo la reacción, gestos, actitud de sus padres frente a una crisis y actuarán en concordancia. Esto les dará recuerdos de por vida, procuremos mantener la calma.
Por su parte, la Organización Colorín Colorado aconseja que:
- Averigüe lo que su niño sabe acerca del evento.Incluso si aún no lo han comentado juntos, el niño ha escuchado las noticias de los medios de comunicación o de sus compañeros de clase. La percepción del niño de lo que ha sucedido puede ser muy diferente de la realidad.
- Asegúrenle al niño de que está bien hablar acerca de eventos tristes o que dan miedo.
- Fomenten preguntas, tanto ahora como en el futuro.
- Asegúrenle al niño que está seguro. Cuando un niño tiene preguntas como: «¿Por qué ocurrió esto?» o «¿Estoy seguro yo?», explíquele que este tipo de eventos son muy raros.
- Recuerden que está bien admitir que uno no tiene todas las respuestas: «Me entristece la noticia y me preocupa. Pero te quiero mucho y aquí estoy para cuidarte».
- Sean pacientes. Si el niño no tiene mucho que decir todavía, dele tiempo y hágale saber que está bien volver después con más preguntas o para hablar de los acontecimientos cuando él esté listo. Si muestra signos de depresión y ansiedad con el tiempo, hable con el pediatra del niño o con un consejero para obtener su orientación. (DLH)
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