El consultor político y excandidato presidencial es el primero en proponer su nombre para aspirar a la Presidencia de la República en las elecciones del 09 de febrero de 2025.
El consultor político y excandidato presidencial, Carlos Rabascall, se convirtió hace algunas semanas en el primer dirigente en anunciar oficialmente su aspiración a la presidencia de Ecuador para el proceso comicial del 09 de febrero de 2025.
El empresario guayaquileño conversó con LA HORA en nuestro espacio ‘Diálogo Democrático’, haciendo una evaluación sobre la actual situación de crisis que afecta al Ecuador, indicando que es un momento crucial en el que se requieren cambios estructurales, más allá de la ideología.
Destacó que su propuesta busca aglutinar a la mayor cantidad de sectores del país para reconquistar la política y dar soluciones de fondo al problema de la inseguridad, desde su génesis, la pobreza.
El dirigente, de tendencia progresista, dejó claro que el objetivo de proponer su nombre es despertar al progresismo ecuatoriano. “La tendencia está distraída y hay que despertarla”, sentenció.
P. Es el primer precandidato en anunciar su aspiración presidencial, mientras el presidente Daniel Noboa tiene una aprobación cercana al 80%. ¿Por qué anunciar su candidatura con tanta antelación?
Que el presidente Noboa esté fuerte, está bien que esté fuerte; pero recordemos que Noboa recién tiene dos meses en el Gobierno, eso no es una tendencia todavía. Habría que ver cómo se mantiene el presidente Noboa en el transcurso de su gestión, que es atípica, no por él, sino por el momento, se deriva de la muerte cruzada y es un corto tiempo, año seis meses. Vamos a ver cómo gestiona los temas que son tremendamente importantes. Pero, independientemente de que el presidente esté alto en sus indicadores y se mantenga alto, para la democracia es importante que existan otras voces y otras alternativas, más aún en los momentos tan críticos que está viviendo el Ecuador. Atravesamos una crisis multidimensional, una crisis en lo político, ético, económico, financiero, sobre todo en las finanzas públicas, es una crisis estructural, sobre todo por la ausencia de trabajo, una crisis institucional y democrática; y en los partidos políticos, en ese sentido, debemos reaccionar.
P. ¿Cuáles son los temas por evaluar en la corta gestión del presidente Noboa?
El tema de la seguridad todos tenemos que apoyar, independientemente de que podamos tener otras alternativas de solución. Hay que apoyar al presidente en ese aspecto. Y el otro tema es el económico, que estamos teniendo una crisis tremenda y, dentro de lo económico, está el tema fiscal. Así que habría que ver el desempeño.
P. ¿Por qué anunciar una precandidatura con tanta antelación?
¿Por qué tan temprano? Eso es subjetivo. Sí, estamos viviendo un momento crítico y dentro de la línea que yo represento, que es la línea progresista. Veo que el progresismo, en general, se ha quedado, no está respondiendo y no está sintonizado con las necesidades del pueblo ecuatoriano y con las necesidades estructurales. No me puedo cruzar de brazos. Y en ese sentido, nuestro equipo de trabajo y la gente que se ha sumado, hemos tomado la decisión de comenzar a construir un pacto social que sea capaz de llegar a un acuerdo nacional para sacar al país de la crisis. Esto va más allá de lo ideológico, la vida no tiene ideología. Hoy, Ecuador se ha olvidado de la gente, estamos expulsando a la gente para que migre, porque no estamos generando oportunidades, o los estamos arriesgando que los maten en la calle o que se mueran de hambre porque no tienen trabajo estable y seguro, no tienen ingresos. Entonces, no podemos quedarnos con esos brazos cruzados y tenemos que actuar y comenzar a caminar.
P. Habla de un acuerdo nacional y un pacto social, el presidente Noboa al comenzar el conflicto armado interno llamó a un acuerdo nacional, algunas voces de la sociedad civil apoyaron el llamado, pero no sucedió nada. ¿Por qué en Ecuador no se logra avanzar en un acuerdo nacional?
El presidente Noboa va a tener un gran reto, y no me voy a referir ya al manejo de estos dos grandes temas, la seguridad y la economía. El gran reto del presidente Noboa es diferenciar que él ejerce la Presidencia, pero adicionalmente eso lo lleva a tener una gran responsabilidad y eso es una línea muy sensible. Cuidado y cae en un presidente haciendo campaña para la reelección del 2025. Esto puede hacer que también se desconecte de lo principal, y ese es el riesgo que él tiene que asumir. Y, por eso, a lo mejor las cosas se quedan en la nominación, en los golpes de efecto y no terminan siendo sostenibles.
P. Pero Daniel Noboa no es el primer presidente que entra en una campaña por la reelección, esto ya sucedió en el pasado. ¿Cuál es la diferencia?
Dos cosas. La diferencia es el corto tiempo que tiene para gestionar y la otra es la crisis tan delicada que estamos viviendo. El Ecuador no ha vivido una crisis donde pudiésemos decir que hubo una explosión social. Una cosa son marchas como las del 2019 o las del año pasado, y otra cosa es la explosión social. Tenemos a los militares en la calle, están haciendo redadas. ¿A quién están capturando? ¿Están capturando a gente que ha transgredido la ley? Sí, puede ser que hayan transgredido la ley. Pero, cuál es la génesis de eso: la pobreza. Entonces, tenemos que enfocarnos no solamente en el tema de la seguridad para evitar la delincuencia y los asesinatos violentos, sino también en la génesis que es la falta de generación de trabajo y de oportunidades para la gente, porque la pobreza sigue creciendo. Antes teníamos 5 de cada 10 ciudadanos de la población económicamente activa que no tenían un trabajo, ni ingresos. Hoy son 7 de cada 10, con tendencia al alza, y eso está relacionado directamente con la pobreza y con la falta de políticas públicas que permitan solucionar esos problemas.
P. ¿Qué va a hacer?
Primero, lo que está haciendo Daniel Noboa en este arranque en el manejo de la seguridad está bien, y hay que apoyar eso, pero no nos podemos quedar ahí. El tema de la seguridad viene por el narcotráfico y tiene varias aristas: es la entrada de la droga. ¿Qué estamos haciendo con las fronteras?; el transporte. ¿Cómo evitamos el transporte en territorio ecuatoriano?, ¿Qué barreras le estamos poniendo?; el tema de la exportación, hablamos de escáneres en las aduanas; ¿Desde hace cuánto tiempo y no lo hacemos? Entonces, hay falta gestión. ¿Cuál es la política de Inteligencia? Estamos con el microtráfico, ¿por qué se produce el microtráfico?, porque los grandes carteles están pagando a los operadores del transporte de la droga en Ecuador, una parte en droga y otra en dinero. Y la parte que pagan en droga los grupos delictivos lo tienen que monetizar, crean bandas de comercialización y chocan porque se disputan espacios de ‘mercado’. El sicariato está relacionado al narcotráfico porque proviene de todo este negocio maligno. Lo que pasa, y no lo hemos querido ver, es que están generando la adicción a los chicos de los barrios pobres, para luego incorporarlos en los circuitos de la comercialización. Entonces, los seguimos tratando como delincuentes o entramos a un proceso de construir, como política de salud pública, centros de desintoxicación, rehabilitación. Entonces, tenemos que entrar a políticas públicas porque la lucha contra la inseguridad, el crimen organizado, el narco y el microtráfico, no se resuelve solo con militares en la calle.
P. ¿Qué hace falta ante esta realidad de la inseguridad?
No tenemos una política y una estrategia, estamos reaccionando y lo peor que nos puede pasar como país es quedarnos en la reacción y no tratar el tema estructural. Esto se refleja en la ausencia de políticas públicas, sociales, económicas y solidarias. Vemos que esto es producto de la ausencia del Estado, independientemente de las ideologías que han pasado como Gobierno. La vida no tiene ideología y a la vida hay que protegerla, pero para esto desde la política tradicional tenemos que hacer renunciamientos y juntarnos todos. Por eso digo que este pacto social va más allá de la ideología.
P. ¿Dónde tiene que ceder la política tradicional y hacia dónde debe dirigirse para dar solución de fondo a los problemas, más allá de la superficialidad del mensaje para una red social?
Tenemos que comenzar a recuperar la capacidad de pensar, de analizar y de hacer críticas, porque parecería que no solamente hemos reducido la capacidad de pensamiento a 140 caracteres, porque las redes sociales nos han llevado a eso. También es producto de que somos una sociedad con una característica violenta. Ecuador tiene una cultura de violencia. Si ves los indicadores en el tema de violencia de género, 6 de cada 10 mujeres son violentadas, en cualquiera de las categorías de violencia. ¿Qué refleja eso? Somos una sociedad violenta y no hemos hecho nada para evitar eso. ¿Cómo se da la discusión política en Ecuador? A través de la descalificación. Si no estamos de acuerdo con el otro, lo descalificamos, hablamos mal, renunciamos a un debate argumentativo para entrar directamente a la descalificación.
P. ¿Por qué está sucediendo esto en el debate político de Ecuador?
El marketing y la tecnología se apoderaron de la política; no es que el marketing no sea necesario, no es que la tecnología no sea necesaria. Es el ser humano el que mal utiliza estas herramientas. Entonces cuando sale un político o ciudadano a hablar y se contrapone a otro, los batallones de trolls que están para descalificar a lo que ese ciudadano o político está diciendo. Claramente hay una estrategia de lucha por el poder, que ni siquiera es una lucha de carácter ideológico, es una lucha de destrucción, una destrucción sistemática de la sociedad. Y eso tenemos que parar, para luego recuperar y estabilizar la sociedad, para después hacer crecer la sociedad, al país en su conjunto, pero crecer con desarrollo.
P. ¿Cómo espera hacerlo?
Tenemos que reconstituir el tejido social, al ciudadano, y no lo vamos a reconstituir tan solo con el deseo, hay que trabajarlo desde la base, y la base es la escuela, la educación. Tenemos que cambiar todo eso. Generar una política disruptiva desde la educación. Tenemos que construir líderes, niños con espíritu de innovación y acompañar ese crecimiento de los niños. Y esto no se trata de ideología, se trata de responsabilidad. La educación no puede ser ideológica, la educación tiene que construir seres humanos, ciudadanos que el día de mañana lideren en la escuela, en la universidad, en el barrio, en el cantón, en la provincia, en el país; porque si no es así, no estamos preparándonos para un recambio generacional. Entonces, basta de ser reactivos y seamos propositivos, proactivos, solidarios.
P. Habla de un cambio en la educación, que son cambios a mediano y largo plazo. ¿Cómo espera hacer este cambio y que el ciudadano lo pueda ver?
Ese es el problema, por concentrarnos tan solo en el corto plazo desplazamos lo estructural en el largo plazo. Es decir, ¿por querer ganar una elección no voy a preocuparme, no voy a hablar de aquello? ¿Por preocuparme eventualmente por el resultado de una elección no voy a tratar de hacer un gran pacto social por la educación? Sería irresponsable no hacerlo. No nos volvamos monotemáticos, porque la política bien entendida desde el punto de construcción positiva para cohesionar y consolidar una sociedad, evidentemente tenemos que tener metas de corto, mediano y largo plazo. Mientras trabajamos en el proceso de la educación, evidentemente tenemos que trabajar en otros temas, en la seguridad, en lo fiscal, en la economía, en lo productivo y en el desarrollo local y territorial.
P. ¿Cómo quiere cambiar esta realidad el equipo que lo acompaña?
Un ejemplo, 7 de cada 10 ecuatorianos no tienen trabajo, ni ingresos seguros; es decir, viven en la informalidad, en la pobreza. ¿Qué hay que hacer? Seguir creando cuentos de que vamos a crear empleo juvenil, incentivos. ¿Qué son esos incentivos? ¿Despide al padre para emplear al hijo? ¿Hay creación de trabajo nuevo o sustitución? ¿Con eso resuelvo el problema? No, tapar un hueco para destapar otro. ¿Hacia dónde tenemos que dirigir la política pública? A estos 7 cada 10 para generar nuevo trabajo. La pregunta es ¿cómo?, cambiando la visión. Por qué no entramos a un proceso de construcción de sistemas cooperativos de producción, comercio y servicio. El principio del sistema cooperativo en otros países da resultado, formalizamos la producción para formalizar el trabajo; pero no, aquí todo lo evitamos. Desde la derecha solo queremos hacer determinada cosa y desde la izquierda, los sindicatos solamente quieren proteger lo que ya existe y la mejor manera de proteger al ser humano es generando oportunidades.
P. Muchos se quejan de la falta de inversión extranjera en el país. ¿A qué se debe esto?
No va a venir la inversión extranjera relacionada con la economía real, porque si viene para macroproyectos públicos, eso sí les interesa. Pero la inversión extranjera no viene porque no hay capacidad de consumo en Ecuador. Si solo consumen tres de cada 10 ecuatorianos de la población económicamente activa, tenemos una capacidad de consumo reducida. Por eso se van a Colombia y a Perú, porque además son países más grandes, con 40 millones de habitantes cada uno, con mayor capacidad de consumo. El problema es que seguimos viendo la coyuntura y no entendemos que la política responsable tiene que decir, si quiero cambiar la coyuntura, tengo que trabajar en lo estructural, y esto no significa no atender lo urgente y lo emergente en el corto plazo. Significa que ya llegó la hora de tomar el toro por los cuernos y resolver los problemas estructurales, sino todos lo vamos a querer resolver con reformas tributarias cada año, cada dos años. Otro punto, es que no podemos construir un país de elección en elección, en Ecuador tenemos elección cada dos años; sin contar las consultas populares que hacemos. ¿Cómo podemos planificar así? Las organizaciones políticas están más enfocadas en los procesos electorales que en el país.
P. ¿Quién está apoyando en este momento su precandidatura presidencial?
Nace de grupos progresistas, costeños, de la Sierra y también de la Amazonía, son ciudadanos que ni siquiera están afiliados a partidos políticos. Son ciudadanos que quieren un cambio y una transformación en las estructuras sociales, políticas, económicas, productivas, educativas y culturales del país. Esa es la gran alianza que hay que hacer, porque si tú convocas solamente una alianza con organizaciones políticas, ellos están enfocados en el poder. Nosotros estamos enfocados en la transformación. Podemos tener éxito como podemos fracasar, en términos de los resultados electorales, pero esto tiene que ir más allá de un proceso electoral. Este pacto social que debemos construir para llegar al acuerdo nacional no puede quedarse en el resultado electoral, tiene que ir más allá, porque casualmente es la sociedad la que debe comenzar a debatir, a organizarse, a imponer el ritmo a una nación y la que debe convocar a los otros actores de la democracia.
P. ¿Dónde están las propuestas de los sectores sociales y de la academia?
Por eso estamos en esto, hay que prender el despertador de la conciencia ciudadana y la reflexión social. Los medios de comunicación también tienen una tarea, con el perdón de los medios de comunicación. Pero el estilo comunicacional también tiene que cambiar, los artículos de opinión están llenos de odio; en muchos casos, no digo todos, pero en muchos casos están llenos de odio. Entonces, entramos a competir por quién es el mejor y no entramos a debatir en función de un objetivo mayor que es la sociedad. Nos hemos aislado de la realidad, porque estamos enfocados y distraídos en otras cosas.
P. ¿Hacia qué sector del electorado apunta con su propuesta presidencial?
No se trata de Carlos Rabascall, se trata de todo el equipo, de los ciudadanos que están formando parte de esto. Estamos apuntando al ciudadano en general. Volvemos a caer en la estrategia electoral que mucho ha caído en el tema del marketing y ese marketing ha destrozado la política, y otra cosa es la construcción de la conciencia ciudadana y la reflexión social. Nosotros apuntamos a la izquierda y a la derecha. Nosotros apuntamos a la vida de la gente. Que eso es una mala estrategia porque no estás segmentando donde puedes crecer, pues es nuestra forma de ver el país y nuestra forma de hacer política. Nosotros vamos más allá de un resultado, queremos despertar y movilizar al país.
P. ¿Ha alcanzado alguna alianza con algún partido político en este momento?
El Centro Democrático aceptó como organización política y hay muchas organizaciones sociales que se han sumado. Dentro del proceso electoral, el Código de la Democracia exige que haya un partido o movimiento político reconocido por el Consejo Nacional Electoral. Ya el Centro Democrático se sumó, Reto está analizando y hay otros movimientos con los cuales estamos conversando y que tendrán que tomar sus decisiones. En esta oficina estuvimos conversando con Guillermo Churuchumbi de Pachakutik, veamos qué resuelve, pero la idea es conversar, hay que construir espacios, en crisis hay que construir espacios de diálogo y de comunicación para acercar las diferencias a la génesis del problema y buscarle solución.
P. ¿Apunta a conquistar el electorado de la Revolución Ciudadana?
No confundan la tendencia ideológica de una persona, con un movimiento político. Yo no he sido afiliado a la Revolución Ciudadana, no he participado en el Gobierno de la Revolución Ciudadana, sí tengo mi pensamiento ideológico. Pero a mí no me pueden ubicar dentro de una organización política, fui candidato en el 2021, pero una alianza de dos partidos políticos y de muchas agrupaciones sociales. Y por eso estoy acá, porque estoy viendo que esa tendencia está distraída y hay que despertarla. Estoy viendo que la crisis de hoy, va más allá de un movimiento y de una ideología. Las naciones no se construyen de la noche a la mañana. Hoy debemos agrupar a todos. El tema es comenzar a construir. Las crisis se vienen construyendo por la acumulación de errores, hay que parar esto. Y esa es nuestra intención.
P. ¿Qué cambiaría de su primera campaña para mejorar?
Si yo pudiera me olvidaría del marketing. Yo reemplazaría el marketing con la comunicación. Porque la comunicación interactúa, nos acerca, porque al acercarnos generamos confianza, y cuando se genera confianza, se genera credibilidad. No es cuestión de hablar, es de construir propuestas de desarrollo para el país, pero involucrar a la ciudadanía. En política no se puede construir algo solamente porque hay un proceso electoral de por medio, sería irresponsable, además que los tiempos son muy cortos. A lo mejor en un proceso electoral no se da un resultado positivo para los que estamos en esto, pero el proceso debe continuar. Ahí está la construcción, allí está la responsabilidad, la solidez de un proceso, la cohesión de la sociedad. Entonces, hay que comenzar a cambiar la mentalidad política, esto no es un maratón. Nosotros estamos comenzando una construcción de país distinto y eso es lo que hay que entender desde la responsabilidad de la política, para que las personas comiencen a entender quiénes están equivocados y quiénes no.
P.- ¿Cuál es el país que quiere construir?
Un país justo, un país que trabaje en la erradicación de la pobreza, porque las naciones que alcanzan la solidez, fuerza, consolidación, cohesión, son las que han erradicado o disminuido, porque erradicar la pobreza al 100% es complicado, pero tú tienes que disminuir e incorporar a ese segmento que vive en la pobreza a una clase media. Debemos construir una institucionalidad democrática fuerte, pero no puede ser que los partidos políticos entiendan que la gobernabilidad es cooptar los poderes y las funciones del Estado. Eso no es democracia. Tenemos que construir una nueva política, respetando las instituciones, las ideas. No se trata de hablar nada nuevo, son cosas de sentido común y de justicia. Entonces, si uno habla de redistribución de riqueza, te dicen socialista, bueno, no les gusta el término, hablemos de generación de riqueza. Pero hagámoslo. (ILS)
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