Archivo de la ley de inversiones afecta al sector audiovisual

PRODUCCIÓN NACIONAL. Imagen del rodaje de la película El ángel de los sicarios.

Cineastas y gestores lograron incluir en el proyecto negado por la Asamblea incentivos para volver atractivo al país para la realización de películas.

En redes sociales se encendió el tema del cine y las inversiones extranjeras a partir de un video en el que varios cineastas apoyaban el proyecto de Ley de Inversiones, negado y archivado el 24 de marzo de 2022 por la Asamblea Nacional. ¿Qué buscaba ese sector con la propuesta de ley?

LA HORA conversó con Mariana Andrade, gestora cultural, cineasta y presidenta de la Corporación de Productores y Promotores Audiovisuales del Ecuador (Copae). Andrade fue parte del video que se difundió en redes sociales, promoviendo las inversiones extranjeras en el sector audiovisual a través del fallido cuerpo legal.

Esto porque Copae fue invitada a las mesas de diálogo de la Comisión de Desarrollo Económico y logró incluir en el segundo informe de la Ley de Inversiones algunos artículos que promovían la inversión extranjera en el sector; por ejemplo:

  • Exoneración de impuestos a las empresas internacionales que quieran realizar una producción en el país.
  • Considerar a la industria audiovisual como sector estratégico
  • Facilidades y exención de impuestos para la importación de productos y bienes destinados a la producción audiovisual
  • Que los actores extranjeros que vengan a realizar trabajos en producciones hechas en el país reciban sus pagos exentos del impuesto a la salida de divisas y al impuesto a la renta.

El objetivo, dice Mariana Andrade, era dinamizar el sector que puede ser un gran generador de empleo, pues de él dependen alrededor de 7 mil familias.

“Proof of life” fue una película que se rodó en Ecuador en el año 2000, dirigida por Taylor Hackford y protagonizada por Meg Ryan y Russell Crowe. La Amazonía, los Andes y la capital fueron los escenarios de este filme estadounidense.

Mariana Andrade y Camilo Luzuriaga participaron como productores locales en el rodaje del filme, que dio trabajo a 500 ecuatorianos. “Ninguno ha vuelto a ganar lo que ganamos en esa producción”, aseguró la también directora ejecutiva del cine Ocho y Medio.

Dijo que, además, la producción de la película dinamizó sectores como el hotelero, de restaurantes y del transporte.

Ecuador no ha vuelto a tener un proyecto de esa magnitud. Por eso, la propuesta de Copae era lograr estímulos para que el país se vuelva atractivo para futuras producciones, más ahora que la industria audiovisual se ha extendido a plataformas digitales como Netflix, HBO, Amazon Prime.

Precariedad en la cultura

Actualmente, el cine ecuatoriano cuenta con un solo fondo concursable que se divide en proyectos pequeños. Una propuesta podría recibir entre $30 mil a $50 mil. Esto a pesar de que la realización de una película puede costar millones de dólares.

Andrade confirma que el fondo es insuficiente; además, que hace que el sector esté anclado a una dependencia del presupuesto público.

La gestora sostiene que es un sector que tiene condiciones precarias de subsistencia. Y añade que no solo el cine, sino la música, la literatura, el teatro, parece que sobreviven como pueden.

“Los artistas casi que podríamos ser parte de quienes reciben ayuda del Ministerio de Inclusión Económica y Social”, ironiza Mariana Andrade, al referir que el arte, en el Ecuador, casi se mantiene de las dádivas.

¿Qué necesitaría la industria audiovisual para despegar?

Tranquilidad política, responde directamente Mariana Andrade. Que el país presente las condiciones para que grandes producciones apuesten por realizar sus proyectos en el Ecuador.

Lo bueno entre lo malo

A pesar del archivo del proyecto de Ley de Inversiones, Mariana Andrade festeja que se puso el foco en el arte, en el cine, en la industria creativa, que, al menos, se habla del tema. «Hasta nos ofrecieron una ley», confirma la presidenta de Copae, que ahora presentará reformas a la Ley Orgánica de Cultura que el Pleno tratará en las siguientes semanas.

Este ya es una luz para quienes, a pesar de todo, siguen apostando a vivir del arte. (GVL)