Trump: borrar el verde del arcoíris

Luego de la disposición del presidente Trump con respecto a que las personas transgénero no podrán enlistarse en las Fuerzas Armas de los Estados Unidos, surgen nuevamente varios problemas en torno a la diversidad sexual. Entre los motivos presentados se encuentra el alto costo que supuestamente representan los tratamientos de reasignación sexual.

De la misma forma, los supuestos problemas que implica la participación de este colectivo en la milicia: “Después de consultar con mis generales y expertos militares, el Gobierno de Estados Unidos no aceptará ni permitirá individuos transgénero en el Ejército. Nuestros militares deben estar centrados en la victoria y no pueden cargar con los tremendos costes médicos y la alteración que los transgéneros supondrán en el Ejército”.

Esta disposición anula la emitida por la administración Obama hace un año, dirigida a que las personas trans sirvan a las tropas. Meses antes, el gobierno de Trump revocó otra norma de Obama: permitir a los estudiantes utilizar los baños y vestuarios que coincidan con su identidad de género. ¿Qué sucede otra vez? Se refuerza la discriminación hacia la población Lgbti en un entorno tan machista como la milicia. Para Trump los trans (y seguro los sexualmente diversos) no contribuyen a la victoria. El estadounidense no sabe nada sobre este colectivo, sus logros y la fortaleza de gran parte de sus miembros. En su mensaje, la palabra “alteración” se orienta, además, a prevenir a los uniformados como si una suerte de virus los estuviera afectando-infectando, los fuera a sacar de sus filas. El imaginario del virus no es nuevo. Data del siglo XVIII. Cuando en ciudades como Londres o París se descubrían guetos o poblaciones homosexuales, se acusaba a las guerras por la importación del “mal”. Y no hay tal. El tema económico es un pretexto en el pequeño mundo excluyente y homofóbico del magnate. Un reporte de Rand Corporation, que calcula que unas 4 mil personas trans del servicio son transgénero, señala que si hubiera un gasto a favor del colectivo representaría solo un 0,038% y 0,134% de los casi 6 mil millones de dólares anuales que gasta el Ejército en salud.

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