Tránsito

Eduado Naranjo Cruz

Trasladarse de un lugar a otro se complicó exponencialmente, la población creció y la circulación vehicular también, resolverlo implica una amplia visión del sistema para dar una solución estructural, entendiendo todas las variables de la complejidad.

Imponer el cumplimiento de normas al transporte de carga y pasajeros sin temor. Choferes sin respeto a la vida, conductores de buses interprovinciales y urbanos que desafían todo, convirtiendo avenidas en pistas de carrera, rebasan sin temor alguno lanzando sus monstruos sobre los demás vehículos y aceleran a más de 80 en zonas pobladas. Encima los motoristas se suman al problema.

Espanta la irresponsabilidad de los vehículos de transporte escolar, al igual que los otros imprimen velocidades de riesgo, por no atrasar el “recorrido”, es donde más severidad y control debe haber; por otro lado, señoras y algunos imbéciles paran o estacionan donde les coge el apuro telefónico o para otros menesteres. Los peatones algo han aprendido, pero aún hay suicidas.

Un país alcanza el desarrollo cuando las mentes están desarrolladas. La ignorancia y nuestra falta de responsabilidad limitan comprender la importancia de la armonía social. El Estado y los municipios deben dedicar el mayor esfuerzo para construir y ampliar vías, crear conectividad adecuada, con calidad y señalización, crear vías de descongestión, con buenos peraltes, laderas con terrazas para evitar derrumbos, puestos de auxilio, túneles donde sea menester. La provincia del Guayas está bastante adelantada en este aspecto, las demás deberían aprender. La pérdida de vidas se resolverá así, no con sanciones incoherentes. Las autopistas se construyen para flujos rápidos y conductores capacitados y atentos. Falta educación, los ciudadanos no exigen y no cumplen, norma ecuatoriana.

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