Indignación y angustia ver a 10 policías en Calderón sin los zapatos y obligados a caminar ‘en patas’ entre la mofa y empujones de los huelguistas. Qué desesperación al observar en la Ruta Viva a un pelotón de soldados equipados y armados, desfilando cabizbajos delante de tres camiones llenos de más soldados y cortejados por 50 manifestantes con palos que trataban de quitarles los fusiles. Sus rostros desfigurados por el terror y lo único que les faltó fue arrodillarse y pedir clemencia. No deben ser los que ganaron en el Cenepa. Hace 60 años, lo que primero vi en un corredor del Colegio Militar fue una sentencia que decía: “No me saques sin razón ni me envaines sin honor “. En aquellos tiempos no pudo existir un tal Patiño que confronte a oficiales y tropa e inculque lo que ordenaría el Foro de Sao Paulo: “Para implantar el socialismo siglo XXl hay que primero destruir los ejércitos”.
Carlos Mosquera Benalcázar
CC: 170240123
Indignación y angustia ver a 10 policías en Calderón sin los zapatos y obligados a caminar ‘en patas’ entre la mofa y empujones de los huelguistas. Qué desesperación al observar en la Ruta Viva a un pelotón de soldados equipados y armados, desfilando cabizbajos delante de tres camiones llenos de más soldados y cortejados por 50 manifestantes con palos que trataban de quitarles los fusiles. Sus rostros desfigurados por el terror y lo único que les faltó fue arrodillarse y pedir clemencia. No deben ser los que ganaron en el Cenepa. Hace 60 años, lo que primero vi en un corredor del Colegio Militar fue una sentencia que decía: “No me saques sin razón ni me envaines sin honor “. En aquellos tiempos no pudo existir un tal Patiño que confronte a oficiales y tropa e inculque lo que ordenaría el Foro de Sao Paulo: “Para implantar el socialismo siglo XXl hay que primero destruir los ejércitos”.
Carlos Mosquera Benalcázar
CC: 170240123
Indignación y angustia ver a 10 policías en Calderón sin los zapatos y obligados a caminar ‘en patas’ entre la mofa y empujones de los huelguistas. Qué desesperación al observar en la Ruta Viva a un pelotón de soldados equipados y armados, desfilando cabizbajos delante de tres camiones llenos de más soldados y cortejados por 50 manifestantes con palos que trataban de quitarles los fusiles. Sus rostros desfigurados por el terror y lo único que les faltó fue arrodillarse y pedir clemencia. No deben ser los que ganaron en el Cenepa. Hace 60 años, lo que primero vi en un corredor del Colegio Militar fue una sentencia que decía: “No me saques sin razón ni me envaines sin honor “. En aquellos tiempos no pudo existir un tal Patiño que confronte a oficiales y tropa e inculque lo que ordenaría el Foro de Sao Paulo: “Para implantar el socialismo siglo XXl hay que primero destruir los ejércitos”.
Carlos Mosquera Benalcázar
CC: 170240123
Indignación y angustia ver a 10 policías en Calderón sin los zapatos y obligados a caminar ‘en patas’ entre la mofa y empujones de los huelguistas. Qué desesperación al observar en la Ruta Viva a un pelotón de soldados equipados y armados, desfilando cabizbajos delante de tres camiones llenos de más soldados y cortejados por 50 manifestantes con palos que trataban de quitarles los fusiles. Sus rostros desfigurados por el terror y lo único que les faltó fue arrodillarse y pedir clemencia. No deben ser los que ganaron en el Cenepa. Hace 60 años, lo que primero vi en un corredor del Colegio Militar fue una sentencia que decía: “No me saques sin razón ni me envaines sin honor “. En aquellos tiempos no pudo existir un tal Patiño que confronte a oficiales y tropa e inculque lo que ordenaría el Foro de Sao Paulo: “Para implantar el socialismo siglo XXl hay que primero destruir los ejércitos”.
Carlos Mosquera Benalcázar
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