Los expresidentes de Brasil, Colombia, Chile y México: Henrique Cardoso, Juan Manuel Santos, Ricardo Lagos y Ernesto Zedillo, junto a decena de exministros de economía y otras personalidades han hecho un importante pronunciamiento.
Enviaron comunicación al Fondo Monetario Internacional, que contiene una solicitud pública para que este organismo profundice su implicación, en el corto plazo, a fin de seguir apoyando a las economías de los países latinoamericanos. Este pedido tiene particular trascendencia y peso específico, debido a las condiciones que ha generado el coronavirus, con serias consecuencias no solo en las áreas de la salud sino en las sociales y económicas.
Por demás explícito, crudo, real es el argumento expuesto: “Si la pandemia no es abordada adecuadamente, podrá convertirse en uno de los episodios más trágicos de la historia de América Latina y el Caribe”. Los fondos requeridos, que son masivos, ayudarán a evitar una catástrofe económica que se avecina de no haber recursos, imprescindibles, prontos, esperados.
Por otro lado, Juan Manuel Santos, en gesto que le recomienda por cuanto demuestra alto nivel de caballerosidad y consecuencia de país, ha contactado con su rival político, el actual mandatario colombiano, Iván Duque y al afirmar que no es el momento de abrir heridas ni de recordar rencillas del ayer, le ha ofrecido brindarle toda la colaboración, remarcando, además, que en situaciones como la presente no se puede ahondar los problemas sino remar juntos en la misma dirección.
En los dos casos expuestos, sale a flote lo significativo y urgente de la solidaridad, tanto del exterior como del interior. Solamente así se podrá hacer fuerza común para enfrentar esta crisis de duración incierta y gravedad extrema.