¡Sin que se diera cuenta!

Desde Brasil siguen llegando, por boca de personeros de Odebrecht, señalamientos contra figuras notorias de la década correísta, que indican que la labor de la justicia en este caso no termina con el proceso que se ventila en la Corte Suprema de Justicia. Se insiste en apuntar, con mayor contundencia y precisión, hacia el núcleo de ‘gente confiable’ del entorno íntimo del expresidente Correa.

Es probable que se esté abriendo otro capítulo de tan sórdida historia. Ahora ponen en un primer plano de supuestos actos de corrupción al entonces secretario jurídico de la Presidencia de la República, funcionario de constante y siempre controvertida presencia en los medios de comunicación, tanto por el contenido de sus exposiciones como por su estilo sarcástico e hiriente la mayoría de las veces.

Por lo que se ve, se constata que la corrupción en Ecuador es algo cultural, arraigado en nuestras formas habituales de comportamiento. Una enfermedad endémica en nuestra sociedad que nos aqueja como práctica cotidiana en la política, el manejo del Estado e incluso en la iniciativa privada. Los esfuerzos para radicarla, para salir de esta pesadilla en las condiciones actuales, serían suficientes.

La ‘cultura de la corrupción’ nos quebranta como país y no nos deja crecer. La columna vertebral de esta anomalía es la impunidad. Los mecanismos del correísmo para censurar y expurgar opiniones no abonan en su erradicación. Es preciso eliminarlos. Solo así la sociedad ecuatoriana podrá llegar al núcleo duro que hacía y deshacía en presencia de Correa, ¡sin que él, según sus seguidores, se diera cuenta! ¿Hasta cuándo?


La vida es todo eso a la vez: lucha e intriga, sabiduría y belleza”. Naguib Mahfuz Escritor egipcio (1911-2006)

No todo asume un nombre. Algunas cosas van más allá de las palabras. Alexander Solzhenitsyn Escritor ruso (1918-2008)