Sin moral pública

Parece que son conceptos fuera de uso el hablar de ética, moral, delicadeza, honradez, principios y solo constituye referencia obligatoria lo que determina la ley. Así vemos un Prefecto Provincial, su hijo y sus familiares que celebran contratos millonarios con el sector público. Un responsable de las obras del terremoto y que ni siquiera puede explicar el origen de sus bienes, funcionarios públicos que exhiben su impudicia con un tren de vida de los opulentos. Parientes, amigos, agnados y cognados, concubinas y esposos que en tropa se adueñan de áreas del sector público y ocupan dignidades basadas en sus parentescos.

Un ex SRI que acomodó a toda su familia, uno de la Judicatura que considera legítimo que su propia hermana sea contratista de la institución. Todos estos consideran que están en el legítimo ejercicio de sus derechos ciudadanos, que han ganado supuestos concursos y por último los más audaces amenazan indignados con juicios en contra de los denunciantes porque ellos sí tienen derecho al trabajo.

Quedaron para otro tiempo cuando palabras como nepotismo no contenían vivezas legales para evitarlos o cuando era indigno y poco presentable que un funcionario público celebre, aun con interpuesta persona, contratos con sus familiares e inclusive amigos. Estas viejas costumbres deben ser restauradas y si bien los que hacen las leyes las pueden seguir permitiendo, deben ser objeto del rechazo público a estos vivarachos.

Lo triste es que pese a las declaraciones que las cosas están cambiando, lo decimos con absoluto respeto pero con frontalidad, hay señales que las vuelven a practicar y hay que poner a tiempo las alertas.


Los años enseñan muchas cosas que los días jamás llegan a conocer”. Emerson (1803-1882) Poeta y pensador estadounidense.

Ese es el mal de nuestra gente. No se hace política de ideas y conducta, sino política de personas”. John William Cooke (1919-1968) Político, abogado y profesor argentino.