‘¡No creo en los curas!’

No te pido que los saques del mundo sino que los libres del poder del maligno. (Jn. 17. 15)


La frase me la dijo una estudiante. “No creo en los curas”. Y la verdad es que yo tampoco creo en los curas. Ningún cura cree en otro cura, porque nosotros únicamente creemos en Cristo. En Él y sólo en Él.


Muchas personas no creen en los sacerdotes por diferentes motivos: son jóvenes, dicen algunos, y no saben nada de la vida. sin embargo, Pablo dice “no permitas que nadie te desprecie por ser joven” (1 Tim. 4, 12).
Otros opinan que los sacerdotes simpáticos se han ‘desperdiciado’ al entregarse a Dios. ¿Es que acaso Dios no tiene buen gusto para elegir a sus ministros? Además, es Cristo quien llama, no cada uno (Jn 6, 44).


Algunos más, dicen que no se confiesan porque los sacerdotes también son pecadores. Nadie discute eso, la Biblia dice que “todos pecamos (y) todos hemos sido justificados por la redención en Cristo” (Rom. 3, 23). Es Cristo quien perdonó los pecados y hoy nos sigue perdonando a través de los sacerdotes (Jn. 20, 23).
Mi estimado lector. ¿Ha orado por la santidad del ‘cura’? ¿Se ha acercado a él y le ha preguntado cómo va todo o por qué lleva casi 2 años los mismos zapatos?


El sacerdote hace presente el Cuerpo y la Sangre del Señor; usted ¿se ha preocupado por saber si el sacerdote desayunó o si tiene para almorzar? (Lc. 10,7).
¿Ha defendido a su sacerdote cuando se burlan o cuentan ‘cachos’ sobre él? Es frecuente oír como se deshonra a los sacerdotes y a las monjitas, pero nunca he oído a los sacerdotes, lo digo con orgullo, contando cachos donde denigren a las personas.


Oremos juntos: Señor ¡Danos sacerdotes santos, Señor haznos sacerdotes santos!
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Luis Gonzaga