Ni salud ni educación

“¡Aserrín! ¡Aserrán! Los maderos de San Juan, piden pan, no les dan, piden queso, les dan hueso y les cortan el pescuezo”

Nunca imaginé que esa canción que nos cantaban en la infancia llegaría a tomar tanto sentido en estos tiempos.
Investigando un poco más sobre el origen y la interpretación de esta melodía, me encontré con la ingrata sorpresa de que este tema, precisamente se entiende como una representación de escenas de pobreza de la vida cotidiana.
¿Nos estaban entrenando acaso? Quién sabe, después de todo la resiliencia que viene del latín resilio hace referencia a ese “salto atrás” necesario para poder sobrellevar las situaciones adversas, justo como las que estamos viviendo; coronavirus, el barril de petróleo por los suelos, escándalos de robos millonarios en los hospitales, despidos indiscriminados en lo público y en lo privado, contenedores escondidos y repletos de muertos, muertos en las casas, muertos en las calles, muertos y más muertos y no conforme con eso un recorte ¡ENORME! En la educación, medida totalmente inconstitucional.

Alarma saber que no hay seguridad jurídica, que la constitución se queda solo como objeto de estudio pero no de aplicación.
Nos han caído las 7 plagas justo en uno de los gobiernos más inoperantes de la historia o quizá al gobierno se lo pueda considerar como otra de las plagas, eso está por definirlo.
Lo que sí queda claro es, la urgencia de reemplazar a los dinosaurios políticos del país y ojo, no por su edad, sino por lo retrógrado de sus pensamientos.
Ni salud ni educación pero cortados el pescuezo, sugieren incluso un día nacional del desempleado. Reír por no llorar en este país donde ya no se sabe si lo peor de las noticias son los muertos o los vivísimos.
Crear miseria para después abrazar a los mendigos.

Rogelio Durán