Más respeto

ATILIO RUGEL ALBÁN

“Añorar el pasado es correr tras el viento”, Proverbio Ruso. La altiva tierra de Esmeraldas grande por rebelde y por rebelde grande, está dejando pisotear sus derechos que le corresponden en la designación de funcionarios públicos que menoscaban y subestiman la autoestima y la preparación del hombre y mujer esmeraldeños, donde existen dos universidades y otros han salido a prepararse en Quito, Guayaquil y Cuenca, donde se han titulado con notas de excelencia porque no nos falta capacidad y aprendemos lo que nos enseñan para nutrirnos de conocimientos al igual que otros del país a los que no les debemos nada en esta temática.
No entiendo a las autoridades de Esmeraldas de ayer y ahora, que por cuidar cargos mantienen un mutismo absoluto dejando imponer el criterio mezquino de quienes llegaron con el favor del voto para luego traicionar a un pueblo que ha jugado un papel importante en la historia de la Patria. Y que no se salga con justificativos baladíes que no tienen razón de ser, porque se nos han hecho obras que es deber que tienen que cumplir y que son producto de los impuestos que paga el pueblo. No somos inocentes para aceptar discursos que con una retórica insustancial quieren llenar nuestra conciencia.
Ayer sufrimos el despojo de tierras auténticamente esmeraldeñas por razón, derecho e historia y de esta forma cercenaron nuestra territorialidad llevándose La Concordia y Las Golondrinas, que es un atropello a una ciudad y provincia que se ha destacado en el ámbito nacional por el trabajo de sus hijos. No hubo autoridad alguna que, aunque de manera hipócrita, repeliera la humillación. En el tiempo actual se sigue jugando con este pueblo pacífico, pero con la sangre de un héroe como Luis Vargas Torres que va a comenzar a latir en el corazón de todos. No puede ser posible y es inaceptable que envíen a Esmeraldas a ocupar cargos de Gobernador, Autoridad Portuaria, Refinería y probablemente otros que estarán por darse.
Si es verdad que son ecuatorianos y nadie les niega el derecho al trabajo, que lo hagan en sus lugares de nacimiento y no en una provincia donde a sus hijos les sobra capacidad. Hay una protesta mayoritaria del pueblo, salvo de los alza-manos de la Asamblea que sumisos ante el poder callan y se convierten en cómplices de esos desatinos, así como también los que recuerdan hechos negativos de la provincia verde porque están ligados al cordón umbilical de la ‘revolución ciudadana’ que les ha permitido ocupar curules que nunca pensaron. ¡Basta a la ignominia! que nos aparta de la realidad, ya es tiempo de que el sol nos ilumine un horizonte lleno de esperanzas.