Nicolás Maduro no sabe qué hacer. Está como desesperado. Y no es para menos. Su mundo se hace cada vez más pequeño y se aferra al Palacio de Miraflores con todas sus fuerzas.
En la acera de enfrente, la oposición ve un eventual proceso de negociación como último recurso para lograr sustituir el Régimen, sin disparar un tiro. Lo hacen escaldados por la burla en muchas promesas de 2016 y los más de 100 muertos que dejaron las protestas callejeras este año.
Pero resulta que los opositores se encuentran divididos, aunque no están solos. Avanzan, cada parte por su lado, pero bien acompañados. No solo las sanciones de Trump les han dado fuerza. También el Grupo de Lima –12 países de la región– alza su voz y presiona, al tiempo que la Unión Europea tiende a ser clave. De paso, las fugas de la fiscal general, Luisa Ortega, y del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, han sido bofetadas en la cara del tirano.
Por otra parte, Venezuela fue declarada esta semana nuevamente en default parcial por la agencia calificadora Standard & Poor’s y Fitch, complicando aún más una posible renegociación de su deuda externa, a lo que el Gobierno respondió que el país es un “buen pagador” pero que es “blanco de una persecución” financiera. Con todo, a pesar de la crisis y la posible hiperinflación, Maduro da un panorama optimista y dice que con una nueva ley de inversiones que aprobará “muy pronto” la Asamblea Constituyente, “se van a crear condiciones nuevas, muy atractivas para la inversión internacional”. ¿Será verdad tanta belleza?
El hombre se descubre cuando se mide con un obstáculo”. Antoine de Saint-Exupéry. Escritor francés (1900-1944Ser independiente de la opinión pública es la primera condición formal para lograr algo grande”. Friedrich Hegel. Filósofo alemán (1770-1831)