Las piñas de Whymper

El 16 de septiembre de 1911 murió en Chamonix, Francia, el alpinista y explorador inglés Edward Whymper. Interesado en estudiar los efectos producidos en la salud por las grandes alturas, Whymper viajó al Ecuador hacia 1880, luego de intentar, sin éxito, un viaje a los Himalayas y de frustrarse una visita a Chile debido a la Guerra del Pacífico (1879 – 1884).

El 4 de enero de aquel año, Whymper se convirtió en el primer hombre en llegar a la cima del Chimborazo. Pocas semanas después, en un segundo ascenso, dos miembros de su equipo fueron los primeros ecuatorianos en pisar la cumbre del coloso: David Beltrán y Francisco Campaña, oriundos de Machachi y Quito, respectivamente.

Durante su estancia en Ecuador, Whymper y sus colaboradores más cercanos – los hermanos italianos Carrel- ascendieron a varias de las más altas cumbres de la serranía. Al concluir su misión, viajaron a Guayaquil por el camino que conduce al puente de Chimbo. Desde ahí se encontraban ya cerca de la estación del ferrocarril que los llevaría al puerto.

Debido a varias vicisitudes sufridas en el camino, cuando arribó el tren, el hambre los devoraba. Un funcionario ferroviario se puso a las órdenes de Whimper, poniendo a su disposición todo cuanto tenía y poseía. Whymper solamente le pidió comprar algo de comida. Al rato, el agencioso funcionario llegó con una buena provisión de piñas.

Whymper quiso pagarle, pero el ferroviario se negó en rotundo asegurándole que aquello era ofendía su generosidad y el honor de atender a tan ilustre visitante. El viaje continuó sin novedad y, al llegar a Guayaquil, Whymper fue a despedirse de su benefactor. Tras los abrazos de rigor, el funcionario espetó: – “Su Excelencia, no se olvidará de dejarme pagando lo de las piñas”. Nuestra viveza criolla quedaba retratada de cuerpo entero.