Las buenas intenciones y los hechos

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que Ecuador crecerá en un 2%. Cree que en Latinoamérica el dinamismo de la demanda externa y la inversión podrían estimular la actividad económica y que la demanda interna “jugará un papel importante en la aceleración del crecimiento”, pese a tendencias a un mayor proteccionismo.

Vale apuntar que en 2017 la economía ecuatoriana, superando las expectativas oficiales y de organismos multilaterales, creció 3,0%. Sin embargo, el optimismo que despierta el hecho se ve ensombrecido por las tareas y problemas que deberá enfrentar la economía nacional en lo que va de este año y el próximo. La carga del servicio de la deuda pública es uno de los problemas.

La demanda de plazas de trabajo, por tanto, sigue siendo notoriamente discreta. Los ajustes que se anuncian en el tamaño del Estado apenas comienzan y, cuando estén en su plenitud, ¿podríamos ver como factor de crecimiento la demanda interna? A lo que habría que añadir el coto del conflicto que vivimos en la frontera y que exigirá una inyección de importantes recursos a las Fuerzas Armadas y la Policía.

Es notorio que el Gobierno deberá moderar su ritmo de deuda y que no le será posible seguir alimentando de liquidez al mercado financiero como antaño. La inversión extrajera y nacional, por más que se hagan anuncios esperanzadores, se concreta con excesiva lentitud o solo queda en los papeles y el discurso de sus promotores. El camino hay que sembrarlo de buenas intenciones, es cierto, pero principalmente de hechos.


Es lo mismo que esperar el pasado… El tiempo y los ríos no corren para atrás”. Yasunari Kawabata Escritor japonés (1899-1972)

Nunca se da tanto como cuando se dan esperanzas”. Anatole France Escritor francés (1844-1924)