Fracaso institucional

Salvatore Foti

La cobarde ejecución de los tres periodistas por parte de la organización liderada por el ‘Guacho’ representa una de las derrotas institucionales más dramáticas sufridas por el estado ecuatoriano. Todos fracasaron. Nadie se salva.

Ecuador decidió adoptar una postura intransigente con los grupos irregulares y disidentes que operaban en la frontera; en diciembre se firmó un acuerdo de cooperación, muy publicitado, con Colombia y se desarticularon varios laboratorios de procesamiento de droga.

Hasta aquí todo bien y todo loable; pero cuando se toman acciones tan serias se debe respetar la forma y el fondo. En el fondo no se tomó en cuenta que a nuestras acciones podían seguir reacciones, como de hecho se dio y, consecuencias gravísimas ante las cuales, evidentemente, no se tomó ninguna precaución.

Desde el atentado en San Lorenzo, nuestras instituciones dejaron de tener un plan de acción propio y más bien, el ‘Guacho’ tomó la posta y empezó a ejecutar una serie de atentados y represalias a las cuales el Estado reaccionó de manera débil y tardía.

El tema del secuestro del equipo de El Comercio tuvo también reacciones tardías y hasta se nos dijo que íbamos a adoptar una línea dura. Aquí los únicos que tenían estrategia y línea dura eran los secuestradores, Colombia y Estados Unidos; nosotros simplemente no teníamos línea.

Nadie supo o pudo leer lo que pasaba en Ecuador paralelamente a lo que se daba y sigue dándose actualmente en Colombia donde hasta el diario ‘El Espectador’ parecía estar más informado que nuestras autoridades. Vimos las cosas de manera unidimensional y había hasta contradicciones entre las autoridades de Ecuador y aquellas de Colombia que ahora hasta nos visitan.

Estamos seguros de que el Presidente y todo su equipo querían lograr la liberación de los rehenes, pero esto, evidentemente, no fue suficiente y hasta me atrevería a decir que confiaron demasiado en “amigos” externos.

Todos esperamos que se logre la captura de los asesinos de los militares y de los periodistas, pero pienso que es hora de cambiar al equipo y a todos los ministros involucrados. Ecuador ya pagó de sobra su precio para que haya paz en Colombia, creo que hasta aquí no más.

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