La mediación como opción constructiva

Jaime Vintimilla

La mediación es una herramienta de resolución de conflictos que es utilizada por las personas cuando lo que se busca es la construcción de una relación respetuosa entre ellas, en especial cuando existen divergencias que las separan.

Esta figura de aveniencia, que ayuda a resolver casi todo tipo de conflicto, presenta tres características básicas: confidencialidad, voluntariedad e imparcialidad.

El carácter confidencial guarda relación con la confianza y la debida reserva o sigilo frente a los intereses, posiciones y derechos defendidos por las partes. Esta característica únicamente pierde su razón de ser por renuncia expresa de las partes, por ejecución contenciosa del acta de mediación, en caso de incumplimiento de obligaciones adquiridas o cuando se suscriben actas donde existen temas que por el acceso a la información pública y por transparencia no pueden cobijarse bajo esta cualidad.

La voluntariedad implica la idea que las partes se someten libremente al procedimiento. Al respecto, el artículo 46 de la Codificación de la Ley de Arbitraje y Mediación nos muestra los casos en los cuales procede la mediación y en las tres posibilidades observamos que el principio básico es la libertad de la partes para escoger así como el sometimiento voluntario al mismo, ya sea mediante un convenio previo, una solicitud expresa de una parte o de las dos al centro de mediación o una petición conjunta, actor y demandado, al juez que tramita una determinada causa, aunque el Cogep, de forma distinta, dispone que el juez bien podría remitir de oficio un caso a un centro de mediación.

La imparcialidad busca equilibrar la relación entre los disputantes al brindarles confianza y seguridad en el abordaje de sus diferencias. La imparcialidad debe estar presente tanto en el procedimiento, especialmente en las audiencias, como después de terminado el mismo, pues el mediador quedará inhabilitado para realizar una serie de actividades jurídicas como lo dispone el artículo 49 de la codificación de la Ley.

Sin duda, son razones suficientes para usar cada vez con más asiduidad esta figura.

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