Incertidumbre en Venezuela

A pesar de la incesante y violenta protesta en las calles, las acusaciones de ilegitimidad y la condena internacional la Asamblea Nacional Constituyente en Venezuela se instaló e iniciará hoy su trabajo. Sus autoridades llamaron a la paz, a lucha por los Derechos Humanos, al fortalecimiento de la economía y a derrotar a los poderes foráneos y a una burguesía fascistas que pugnan por mantener su hegemonía opresora sobre su pueblo.

El chavismo-madurismo dueño de todos los poderes del Estado, excepto de la Función Legislativa pretende presentar a la Asamblea Constituyente como el remedio a todos los males que afectan a la sociedad venezolana. Los discursos de los flamantes asambleístas reflejan la filosofía de la ‘plaza sitiada’, de la amenaza extrajera a derrotar, con la cual se amedrentó por décadas a los pueblos sometidos al socialismo real en la Europa del Este.

Dos décadas de gobierno irresponsable en lo económico y en lo social, donde el odio de clases ha sido exacerbado al máximo, dicen lo contrario. Más de un centenar de venezolanos asesinados en las calles, en su mayoría jóvenes, por las fuerzas represivas del régimen, tampoco son un antecedente que permita hablar de paz social y preservación de los Derechos Humanos.

«La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada, y la
esperanza sobre lo que ignoramos,
que es todo.

Maurice Maeterlinck
Escritor belga (1862-1949)

«Es mejor viajar lleno de esperanza que llegar”.

Proverbio japonés

El origen de esta Asamblea Constituyente, su composición y el contenido, tono y estilo de los discursos de sus líderes no auguran días mejores para la Patria de Bolívar, cuyo pensamiento liberal y democrático primigenio es abusivamente manipulado y adulterado. La esperanza de transformación real y positiva de Venezuela no está en esa institución y menos en los frutos de ella.