Hay que ir más lejos

El Consejo de Participación Ciudadana acaba de dar una señal de cuál será en lo adelante su estrategia para componer un tejido social moralmente saludable y restablecer derechos humanos básicos, en particular la libertad de expresión, información y pensamiento. La destitución del Superintendente de Comunicación es un primer paso. El Consejo elimina un caricaturesco peón que sirvió de ariete represivo al correísmo.

Basó su decisión en las revelaciones de la Contraloría sobre la actuación del exfuncionario en los años de la llamada ‘revolución ciudadana’. Es, además, una advertencia de que los privilegios y los ‘regalos’ que Correa repartió o dejó repartir a cuenta del Estado pudieran no seguir pasando de agache. No son pocos, incluso en el gobierno actual, tiemblan ante la noticia.

Quien sustituya a Ochoa debería procurar el desarrollo de los medios, tanto estales como privados, y no una guillotina sobre sus cabezas. Debería facilitar el trabajo de los periodistas y no entorpecerlo. Por evitar la censura y no entronizarla, el funcionario y sus colaboradores fueron una coraza que el correísmo creó para impedir que se conocieran sus ‘negocios’ y ‘negociados’.

La resolución abre la puerta a la revisión a profundidad de la Ley de Comunicación. ¿Es necesaria? ¿Debe reconstruirse? ¿Hay que desecharla? ¿Acaso los instrumentos legales ya establecidos no pueden estar en su lugar? Es una tarea pendiente que deberá abordar la convulsionada Asamblea Nacional cuando dentro de ella regrese a la transparencia y al cauce democrático.


La realidad no necesariamente coincide con las apariencias”. Kobo Abe Escritor japonés (1924-1993)

El ajedrez enseña permanecer con calma y pensar si realmente es buena idea la jugada que haremos”. Stanley Kubrick Director de cine estadounidense (1928-1999)