Fútbol: sin integridad nada hay

La lucha por conquistar el poder en algunos escenarios es descarnada y plagada de golpes bajos. Un ejemplo es la que se vive en estos tiempos en la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF). Se hacen declaraciones afrentosas que provocan ásperos desmentidos, hay acusaciones de partidos amañados en el campeonato y trampas legales o reglamentarias entre los dirigentes actuales y los que aspiran a serlo.

Ensombrece más el panorama al conocerse el ranking mundial de la FIFA, la selección ecuatoriana, luego de sus compromisos amistosos ante Omán y Qatar, en los que cargó con una derrota y un empate, ocupa el puesto 61. En Sudamérica es la peor clasificada. Una caída en picada que aún está por analizarse, en aras de enmendar lo que haya que enmendar.

Las contradicciones entre el técnico de la selección y la dirigencia de la Federación han desempeñado un triste papel en este sentido. Protagonismo desmesurado y un “confortable” acomodamiento burocrático saltan a la vista. Sin lugar a dudas, en las cabezas del fútbol ecuatoriano debe haber un cambio, al igual que en la regencia de los clubes. Desde abajo hacia arriba, dejando el pasado a un lado pero sin olvidarlo.

En consecuencia, el relevo debería hacerse sobre la base de la experticia de los aspirantes y la calidad moral de su trayectoria. Hay connotados capítulos bochornosos de corrupción juzgados y sentenciados que no deben olvidarse. “Sin integridad no hay nada”, dijo un dirigente del fútbol, y tal vez sin proponérselo trazó el camino: autoridad para decidir y resolver los problemas de manera equilibrada, honesta y justa.


Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”. Albert Einstein Científico alemán (1879-1955)

A nadie le faltan fuerzas; lo que a muchísimos les falta es voluntad”. Victor Hugo Novelista francés (1802-1885)