En Ecuador cada día que pasa hay nuevos sobresaltos y muy graves: el presidente Lenín Moreno denunció que en su despacho en el Palacio de Gobierno operaba una cámara oculta. El Presidente era vigilado pero, ¿con cuál propósito? ¿En beneficio de qué y de quién? El espionaje, porque no hay cómo emplear otro calificativo, no solo compromete la seguridad del Presidente y de su gobierno, sino la del Estado ecuatoriano en su conjunto.
Cuando un gobierno dura mucho tiempo se descompone poco a poco y sin notarlo”. Montesquieu Escritor y político francés (1689-1755)
La cámara oculta fue supuestamente colocada por la administración de su antecesor Rafael Correa. No es un problema de delicadeza el que se le informara al respecto, como dijo el presidente Moreno ayer, sino poner en serio peligro el manejo de los destinos de todos los ecuatorianos. Todo lo decidido y discutido en el despacho presidencia, ¿a dónde ha ido a parar?
¿Qué hizo en tanto la Secretaría Nacional de Inteligencia (Senain)? ¿Por qué no dio la voz de alarma? “El hallazgo fue confirmado por el Servicio de Protección Presidencial actual”, dijo Moreno con indignación en el gabinete ampliado realizado en Guayaquil. Se dice que la Fiscalía ha tomado cartas en el asunto pero, ¿será con la lentitud que le es habitual?
No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico”. Aristóteles Filósofo griego (384 AC-322 AC)
“Correa ni siquiera me comunicó que existía esa cámara de él, y que él le monitoreaba desde su teléfono celular”, aseveró Moreno. El asunto es de enorme importancia y merece que se le trate con energía, prontitud, sin contemplaciones y gran profesionalidad. Se perciben intenciones no solo desestabilizadoras, sino también golpistas. El Presidente no puede quedarse con los brazos cruzados, está en juego la estabilidad del país y su cargo.