Empatía

Santiago Ochoa-Moreno

Según la RAE, empatía “es la capacidad que tenemos de ponernos en el lugar de alguien y comprender lo que siente y piensa.” Resumiendo, es esa capacidad afectiva de ponernos en una realidad ajena a la nuestra. ¿Tenemos en realidad esa capacidad? ¿Nos ponemos en el lugar del otro? Seguramente pensamos que sí, pero, pensemos:

¿Quiénes son de derecha, se ponen en el lugar de quienes son de izquierda? ¿Quiénes son de izquierda, se ponen en el lugar de quienes son de derecha? ¿Quiénes son profesores se ponen en el lugar de sus estudiantes? ¿Quiénes son estudiantes se ponen en el lugar de sus profesores? ¿Quiénes son padres se ponen en el lugar de sus hijos? ¿Quiénes son hijos se ponen en el lugar de sus padres? ¿Quiénes son creyentes se ponen en el lugar de los ateos? ¿Quiénes son ateos se ponen en el lugar de los creyentes? Incluso en las relaciones interpersonales, como jefe – empleado, amigos o parejas; etc., etc., ¿en realidad nos ponemos en el lugar del otro?

Ser empáticos, no para justificar o aceptar lo que otro hace o piensa, sino para entenderlo, podría disminuir varios problemas sociales y políticos, desde la desigualdad, la delincuencia, la corrupción, entre otros. Sin embargo, como sociedad, seguimos creyendo en blancos o negros, en ganadores o perdedores, en norte o sur, en unos o ceros, en bueno o malo; en vez de pensar en una paleta entera de colores de pensamiento, en vez de analizar el “juego” que estamos jugando, en cooperar en vez de solo competir, en mirar todos los puntos cardinales, en entender que entre el uno y el cero hay una infinidad de números decimales, en saber que muchas veces no todo es completamente malo ni todo completamente bueno, en entender que en vez de buscar nuestras diferencias, podríamos encontrar nuestros complementos y en conjunto ser mejores. (O)

[email protected]

Santiago Ochoa-Moreno

Según la RAE, empatía “es la capacidad que tenemos de ponernos en el lugar de alguien y comprender lo que siente y piensa.” Resumiendo, es esa capacidad afectiva de ponernos en una realidad ajena a la nuestra. ¿Tenemos en realidad esa capacidad? ¿Nos ponemos en el lugar del otro? Seguramente pensamos que sí, pero, pensemos:

¿Quiénes son de derecha, se ponen en el lugar de quienes son de izquierda? ¿Quiénes son de izquierda, se ponen en el lugar de quienes son de derecha? ¿Quiénes son profesores se ponen en el lugar de sus estudiantes? ¿Quiénes son estudiantes se ponen en el lugar de sus profesores? ¿Quiénes son padres se ponen en el lugar de sus hijos? ¿Quiénes son hijos se ponen en el lugar de sus padres? ¿Quiénes son creyentes se ponen en el lugar de los ateos? ¿Quiénes son ateos se ponen en el lugar de los creyentes? Incluso en las relaciones interpersonales, como jefe – empleado, amigos o parejas; etc., etc., ¿en realidad nos ponemos en el lugar del otro?

Ser empáticos, no para justificar o aceptar lo que otro hace o piensa, sino para entenderlo, podría disminuir varios problemas sociales y políticos, desde la desigualdad, la delincuencia, la corrupción, entre otros. Sin embargo, como sociedad, seguimos creyendo en blancos o negros, en ganadores o perdedores, en norte o sur, en unos o ceros, en bueno o malo; en vez de pensar en una paleta entera de colores de pensamiento, en vez de analizar el “juego” que estamos jugando, en cooperar en vez de solo competir, en mirar todos los puntos cardinales, en entender que entre el uno y el cero hay una infinidad de números decimales, en saber que muchas veces no todo es completamente malo ni todo completamente bueno, en entender que en vez de buscar nuestras diferencias, podríamos encontrar nuestros complementos y en conjunto ser mejores. (O)

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Según la RAE, empatía “es la capacidad que tenemos de ponernos en el lugar de alguien y comprender lo que siente y piensa.” Resumiendo, es esa capacidad afectiva de ponernos en una realidad ajena a la nuestra. ¿Tenemos en realidad esa capacidad? ¿Nos ponemos en el lugar del otro? Seguramente pensamos que sí, pero, pensemos:

¿Quiénes son de derecha, se ponen en el lugar de quienes son de izquierda? ¿Quiénes son de izquierda, se ponen en el lugar de quienes son de derecha? ¿Quiénes son profesores se ponen en el lugar de sus estudiantes? ¿Quiénes son estudiantes se ponen en el lugar de sus profesores? ¿Quiénes son padres se ponen en el lugar de sus hijos? ¿Quiénes son hijos se ponen en el lugar de sus padres? ¿Quiénes son creyentes se ponen en el lugar de los ateos? ¿Quiénes son ateos se ponen en el lugar de los creyentes? Incluso en las relaciones interpersonales, como jefe – empleado, amigos o parejas; etc., etc., ¿en realidad nos ponemos en el lugar del otro?

Ser empáticos, no para justificar o aceptar lo que otro hace o piensa, sino para entenderlo, podría disminuir varios problemas sociales y políticos, desde la desigualdad, la delincuencia, la corrupción, entre otros. Sin embargo, como sociedad, seguimos creyendo en blancos o negros, en ganadores o perdedores, en norte o sur, en unos o ceros, en bueno o malo; en vez de pensar en una paleta entera de colores de pensamiento, en vez de analizar el “juego” que estamos jugando, en cooperar en vez de solo competir, en mirar todos los puntos cardinales, en entender que entre el uno y el cero hay una infinidad de números decimales, en saber que muchas veces no todo es completamente malo ni todo completamente bueno, en entender que en vez de buscar nuestras diferencias, podríamos encontrar nuestros complementos y en conjunto ser mejores. (O)

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Según la RAE, empatía “es la capacidad que tenemos de ponernos en el lugar de alguien y comprender lo que siente y piensa.” Resumiendo, es esa capacidad afectiva de ponernos en una realidad ajena a la nuestra. ¿Tenemos en realidad esa capacidad? ¿Nos ponemos en el lugar del otro? Seguramente pensamos que sí, pero, pensemos:

¿Quiénes son de derecha, se ponen en el lugar de quienes son de izquierda? ¿Quiénes son de izquierda, se ponen en el lugar de quienes son de derecha? ¿Quiénes son profesores se ponen en el lugar de sus estudiantes? ¿Quiénes son estudiantes se ponen en el lugar de sus profesores? ¿Quiénes son padres se ponen en el lugar de sus hijos? ¿Quiénes son hijos se ponen en el lugar de sus padres? ¿Quiénes son creyentes se ponen en el lugar de los ateos? ¿Quiénes son ateos se ponen en el lugar de los creyentes? Incluso en las relaciones interpersonales, como jefe – empleado, amigos o parejas; etc., etc., ¿en realidad nos ponemos en el lugar del otro?

Ser empáticos, no para justificar o aceptar lo que otro hace o piensa, sino para entenderlo, podría disminuir varios problemas sociales y políticos, desde la desigualdad, la delincuencia, la corrupción, entre otros. Sin embargo, como sociedad, seguimos creyendo en blancos o negros, en ganadores o perdedores, en norte o sur, en unos o ceros, en bueno o malo; en vez de pensar en una paleta entera de colores de pensamiento, en vez de analizar el “juego” que estamos jugando, en cooperar en vez de solo competir, en mirar todos los puntos cardinales, en entender que entre el uno y el cero hay una infinidad de números decimales, en saber que muchas veces no todo es completamente malo ni todo completamente bueno, en entender que en vez de buscar nuestras diferencias, podríamos encontrar nuestros complementos y en conjunto ser mejores. (O)

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