El saber no es un regalo

Nuccio Ordine

La auténtica misión de la escuela y la universidad, que no fueron fundadas para vender diplomas ni para que los alumnos sean clientes. Hoy en día están orientadas hacia el mercado, se programan estudios con el único objetivo de conseguir una licenciatura que después pueda servir para conseguir un trabajo. Se olvida la raíz etimológica de la palabra escuela, que deriva del griego antiguo ‘skholé’, que significa tiempo libre, ocio, pensar en mí mismo, en mi formación y no en la utilidad práctica de lo que estudio.

La escuela debería ser un lugar de resistencia, un lugar donde formar herejes, personas que sean capaces de decir no, de rebelarse a favor de los espacios comunes, capaces de leer la realidad con sus propios ojos y su pensamiento crítico. Si no existe el conocimiento es imposible que haya libertad. Todas las dictaduras son conformadas y aupadas por las personas que después son sus víctimas.

Si no educamos a los jóvenes ni les enseñamos a aprender, si no les hacemos entender que la cultura y la educación son el líquido amniótico de la democracia y que sin ellas seríamos bárbaros, esclavos de los que mandan, es difícil que los jóvenes por sí solos puedan llegar a estos pensamientos. La formación de los jóvenes es importante porque es el futuro de la democracia. Si seguimos creando personas que piensan sólo en su beneficio personal la perderemos lentamente.

El saber no es un regalo, es una conquista que hay que hacer con esfuerzo personal. Wittgenstein decía: “No estoy orgullosos de mis libros ni mis éxitos, estoy orgulloso del esfuerzo que he tenido que hacer para aprender, porque es este esfuerzo el que hoy me da el derecho a la palabra”. El saber no se adquiere jugando con un móvil o un ordenador, el saber es fruto de un recogimiento y un esfuerzo. Si la escuela formara jóvenes herejes capaces de decir que no a los falsos valores de la sociedad, podríamos crear jóvenes que ofrecieran resistencia al consumismo.

Decía Giordano Bruno que lo importante no es ganar, no es llegar el primero, sino vivir en perfecta sintonía con las cosas en las cuales creemos. Cuando escucho a los que dicen que no tenemos la fuerza para ganar, pienso que están muy equivocados. Muchas veces el curso de la historia ha sido cambiado por la voluntad y la fuerza de un solo hombre. Mandela, ya encarcelado, dijo: “Llegará un día en el que negros y blancos podrán ir en el mismo autobús”. Muchos pensaron que era un loco, pero su sueño se convirtió en realidad.

Filósofo italiano. Artículo condensado de El Cultural, 24/10/2017, http://www.elcultural.com.