El peor enemigo

El presidente Lenín Moreno desde el inicio de su mandato se vio en la disyuntiva de que el cambio que necesitaba Ecuador, de acuerdo con la herencia recibida, fuera rápido o lento. Su lucha contra la oposición dentro de su propio partido político le hizo caer en cuenta de que su estrategia de cambio gradual, lejos de allanarle el camino de la gobernabilidad, tiende a complicárselo más día tras día. Los diálogos no pueden seguir como de sordos, porque traerán consigo una suma de costosos fracasos.

Sus reformas, por querer evitar tempranas rupturas partidistaa, no han hecho más que minarle su desempeño. Su independencia para desarrollar las políticas públicas que favorezcan a la ciudadanía y le granjeen apoyos naufraga ante una resistencia activa no solo en el bloque aliancista de la Asamblea Nacional, sino también entre las filas de sus colaboradores y presuntos aliados estratégicos. El diseño de esas políticas tiene ese lastre reducido, en lo visible, por un conflicto bilateral entre él y el expresidente Correa y sus seguidores.

El Gobierno no puede seguir dependiendo de este diferendo. El inmovilismo que quieren imponerle desde parte de su movimiento político es el peor de sus enemigos. Aplazar por más tiempo y deliberadamente un ‘barrido’ en ese movimiento y aun dentro de su gobierno de elementos hostiles visibles y encubiertos es inaplazable, lo cual no quiere decir que se llama a una torpe cacería de brujas. No habrá consulta popular que llene las expectativas de Moreno y de amplios sectores empresariales y de la sociedad civil si no se acomete la tarea.


Los grandes espíritus siempre han encontrado una violenta oposición de parte de mentes mediocres”. Albert Einstein. Científico alemán (1879-1955)Todavía no sé qué me vas a preguntar, pero me opongo”. Groucho Marx. Actor estadounidense (1890-1977)