El niño: Inocencia, ternura y amor

POR: Mariana Minda

La vida se inicia con la época más hermosa, el tiempo de inocencia, ternura y amor en su concepción de pureza, limpidez y transparencia, que proporcionan felicidad y goce total para todo el entorno, donde se encuentra ese ser maravilloso, que tiene algo de divino.

El niño se caracteriza por su inocencia, sus actos son llenos de bondad, libres de toda culpa, todo lo hace para satisfacción propia y de los demás, nunca quiere ofender, ni hacer ningún mal, porque su intuición le preserva de actuar mal, para no tener ninguna culpabilidad. El niño es ternura, amabilidad, todo dulzura y afecto para relacionarse con quienes están junto a él, que con todos sus actos refleja y contagia amor, en su más grande demostración de sinceridad y apoyo.

El niño por ser el que inicia el ciclo vital, debe recibir los mayores cuidados, a fin de que se formen las bases má0s sólidas, que le den una personalidad firme y robusta llena de principios y valores con los que pueda relacionarse en la familia y en la sociedad, a la vez que aprovechar bien que los niños aprenden todo lo que se les enseña, para ejercitarlos con la práctica y así ir mejorando su comportamiento, que se refleje en los grupos, que con el paso del tiempo van deteriorándose para que aparezcan los problemas, que dañan la vida cotidiana.

El corazón de los niños tiene los mejores sentimientos, por ello su lealtad y cariño que no permite que llegue nunca el rencor ni la venganza y más se demoran en enojarse, que en darse el abrazo de perdón para continuar jugando, porque ellos consideran que todo lo que hacen es bueno y por eso todo lo realizan de buena fe, para agradar a quienes están con ellos.

El primero de junio, celebración del Día del Niño, festejemos dignamente a los niños, pensemos en la gran responsabilidad, de que los niños de hoy, serán los hombres del mañana, que deben labrar las bases para la felicidad y comodidad de quienes vienen detrás. Niños reciban los deseos de que los tiempos que vienen sean de rectitud, amor y paz.