El fin de una era

En 1999, tras una calculada lucha en los cuarteles, Hugo Chávez emerge como la esperanza en Venezuela frente a los partidos. Cuatro años después, en 2002, el líder metalúrgico Lula Da Silva es la carta de la izquierda en Brasil contra el neoliberalismo. A continuación, Carlos Saúl Menem, desiste de participar en la segunda vuelta en Argentina y se inicia el Kirchnerismo, encarnado por Néstor (ya fallecido) y su esposa Cristina Fernández.


En 2006 fue el líder cocalero Evo Morales, surgido en las luchas sindicales y obreras, quien enfrenta al sistema de partidos políticos en Bolivia. Luego, un joven académico “outsider”, toma el discurso de la izquierda, los indígenas y los movimientos sociales y declara la guerra a la partidocracia en el Ecuador, erigiéndose en el jefe de todos los poderes.


Patrocinado por Chávez y Lula, el movimiento crece como la alternativa social al neoliberalismo, entonces de salida. Esto, más el alto precio de materias primas (petróleo, gas, granos, entre otros), era para “coser y cantar”. Pero, fue para “coser y gastar”, con generosos subsidios clientelares, pues sobraba el dinero…


La izquierda y el socialismo del siglo XXI eran fuertes. Propusieron el ALBA, frente a los tratados de libre comercio con Europa, Asia y Norteamérica. Quisieron desarticular la OEA y su Comisión de Derechos Humanos. Surgió Unasur como opción de integración regional. La nueva arquitectura financiera estaba al alcance.


Luego, el castillo de naipes cayó. Chávez murió y Maduro heredó (su gobierno es una lacra). Néstor Kirchner falleció y Cristina hizo de las suyas (con mucha corrupción, muertes e incremento de su fortuna). Evo se involucró con una mujer (con un hijo y negocios non santos con China de por medio). En Brasil, Lula y su sucesora, Dilma Rousseff, demuestran una corrupción sin ideología, con líderes políticos y empresariales en la cárcel y ellos, listos para caer.


La moraleja de estas historias: los países no deben caer en manos de caudillos, iluminados, dueños de la verdad o encantadores de masas. Entre ellos hay quien ha gastado mucho y mal y otros que se han llevado el dinero. Y después no quieren que exista “la restauración conservadora”…


[email protected]