El fútbol agoniza en el país

El fútbol ecuatoriano tocó fondo. Jugadores impagos, clubes quebrados y dirigentes a los que les embargan sus bienes privados muestran la realidad de un fútbol que ya no da más. Una tragedia que se veía venir desde hace mucho tiempo y que no pocos analistas y medios de comunicación denunciamos. Ahora los remedios, si se aplican, serán mucho más dolorosos y no a corto plazo.


¿Culpables? Varios. Desde la cabeza que representa la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), quien no puso freno al libertinaje de los directivos de clubes de turno que, por lograr un título, gastaron más de lo que generaron. En el reino de la FEF los meses de 30 días pasaron a tener 90, de manera que las sanciones contra los responsables no llegaran o demoraran en llegar.


La culpa también es de los dirigentes de clubes. Ambicionados por la codicia de ganar campeonatos no midieron sus presupuestos e inflaron la pelota hasta romperla. De eso no se dieron cuenta los jugadores que solo miraron en llenar su cuenta bancaria. Las ‘vacas gordas’ de ayer, hoy están deambulando hambrientas y planteando un paro de futbolistas. Triste realidad la nuestra.


En medio de este panorama hay dos nuevos huéspedes: Delfín y Fuerza Amarilla, equipos que ganaron la categoría. Su misión será sobrevivir en un mundo donde los colores de las camisetas pesan y no hay dinero que les alcance. ¿Lo lograrán? Difícil es hacer un diagnóstico en medio de un escenario sombrío y en el que no se vislumbran soluciones ciertas. Mientras, unos viajan y otros miran hacia otra parte, a pesar de los títulos y cargos que ostentan.