Dos casos sintomáticos

Es objeto de preocupación ciudadana la prepotencia con la que actúan algunos personeros del correísmo. Van de aquí para allá como si desde el 24 de mayo de 2017 nada hubiera cambiado para ellos y sus adláteres. Recientemente intentaron sabotear un acto en memoria de uno de los caídos el 30 de septiembre de 2010. Algo en verdad grotesco, pues su muerte se produjo en el rescate de su líder máximo.

Ahora se registra una “visita” de una asambleísta a la cárcel de mujeres de Quito, supuestamente para que una detenida y testigo clave en el caso del intento de secuestro de Fernando Balda en Bogotá el 13 agosto de 2012 cambiara su declaración inicial. Si lo hacía, se dice, nada más y nada menos que la ONU la exoneraría de los cargos en su contra y le facilitarían el exilio en Bélgica.

Tal vez se quiso jugar con la ingenuidad de la testigo protegida o con su deseo de quedar en libertad con independencia del proceso en la que está involucrada. Algo vergonzoso e incalificable por donde quiera que se lo mire. Más lo es que en el parlamento, donde se abordan y se decide sobre problemas cruciales del país, se quiera que a la protagonista se le aplauda y felicite por semejante atrocidad legal.

La transición desde régimen autoritario a una sociedad en donde el respeto a los Derechos Humanos, en este caso de la detenida, suele registrar hechos de esta naturaleza. La reconstrucción de las instituciones democráticas en Ecuador, como es la del Estado de Derecho, tiene delante mucho camino por andar y caminantes por apartar y sancionar. Los dos casos citados son sintomáticos.


Una nación sin elecciones libres es una nación sin voz, sin ojos y sin brazos”. Octavio Paz Poeta y ensayista mexicano (1914-1998)

Una dictadura es un estado en el que todos temen a uno y uno a todos”. Alberto Moravia Escritor italiano (1907-1990)