Hasta que se reestructure el Estado, se racionalice el gasto público, mediante Consulta Popular, que se queden los que están. Con la actual Constitución totalitaria, concentradora de poder en una sola persona, hiperpresidencialista, institucionalizadora de corrupción e impunidad, no tenemos ninguna garantía de que los próximos que vengan, no sean iguales o peores que el innombrable y el actual régimen de ineptitud y corrupción.
Solo elegiríamos a otros ineptos, a otros corruptibles, a otros mediocres iguales a los que están. Por eso ninguno de los «presidenciables» se pronuncia por reestructurar el Estado, eliminar las tres funciones creadas en Montecristi que son el núcleo del hampa de la cooptación, corrupción e impunidad. Tal parece que les interesa dejar intacto el sistema y régimen narco-comunista imperante. Han demostrado con su silencio, a éste respecto, que solo desean cambiar de nombres. Un simple: «Quítate tú, para ponerme yo». ¡Peligroso! Quienes impulsan un cambio electoral, sin la reestructuración previa de la institucionalidad viciada por el narco-comunismo, serán simples instrumentos de perennización de lo que está corrupto y hay que cambiar antes de las nuevas elecciones, aprovechando la crisis, para evitar un estallido social, que beneficiará al narco-comunismo, porque el FUT, la CONAIE, los movimientos sociales: abortistas, LGTBs, feministas, ambientalistas, animalistas, satanistas, pedófilos, ateos que saldrán a protestar, están vinculados al narco-comunismo internacional, al Foro de Sao Paulo, van a capitalizar a su favor la crisis y el caos; no van a entregar el poder a un Yerovi Indaburu, ni a un «gobierno de transición democrático», van a entregarle el poder al mayor canalla de nuestra historia o a una junta cívico-militar en la que estén representados los narco-comunistas y el sector militar adoctrinado por el G2 cubano, durante la década infame, que cuenta actualmente con promociones de mayores y coroneles. ¡Hay que dejar de soñar en elecciones, para que cambien nombres y todo siga igual o peor!