El Art. No.1 de nuestra Constitución, establece con propiedad que vivimos un Estado Constitucional de derechos y justicia, en esa misma norma en su Art. No. 11numeral 9 señala: ”El más alto deber del Estado, consiste en respetar y hacer respetar los derechos garantizados en la Constitución”. Estos derechos, son vulnerados todos los días, ya por omisión del propio Estado, negligencia, descuido en la defensa de los derechos, o por acción de los Alcaldes y Prefectos. El constitucionalista Norberto Bobbio sostiene que, más importante que los derechos, son las garantías, igualmente, Robert Alexis dice: “la delegación a los jueces ejerce una representación argumentista” de modo que corresponde a estos, en sus fallos, aplicar la hermenéutica, y proteger mediante sus sentencias, los derechos ciudadanos. No solamente se violan los derechos humanos cuando se incumplen las sentencias constitucionales sino, también cuando se roban los recursos sagrados de la salud ciudadana en los hospitales y en el IESS, cuando no se hace distribución equitativa de la economía, cuando no se atiende con los proyectos de vivienda a los pueblos marginados, que viven en chozas y debajo de los puentes, cuando no se conceden oportunidades laborales, por fin cuando no se atiende a quienes agonizan en las calles de hambre y abandono. El tema de derechos es de profundidad en las ciencias jurídica y moral, en la primera corresponde actuar en la investigación proba, prioridad, impugnación, deducción y conclusiones veraces con infinita justicia, procedimiento que enaltece el Sistema Jurídico, y donde en muchos casos los accionantes nunca conocieron a los jueces y, la segunda que es una ciencia noble que trata del bien y la bondad de las acciones humanas. Reivindiquemos la obligación del Estado a cumplir y hacer cumplir los derechos humanos y la conducta de los funcionarios y empleados del país para no llegar a medidas extremas, como son embargos y devolución de los bienes robados y, hasta 80 años de condena vergonzosa. [email protected]
Ab. Armando Daza Quiñónez.