De los cien días a un año

Los ofrecimientos de “Unete” terminaron y se convirtieron en los de una Alcaldesa designada por una institución fraudulenta, y que hasta la fecha, al igual que la mayoría de sus pares, no ha encontrado la fórmula, ni siquiera para cambiar el programa con la que le posesionaron.

Desde que la CNE hace un año, con sistema fraudulento le proclamo como Alcaldesa, desde ese entonces, en Ibarra, más allá de ofrecimientos, unas plantitas en veredas, y unas calles pintarrajeadas en ciertos tramos para que algunos aventados ciclistas circulen, casi nada.

¡En cuarentena! serenatas mediocres de un pequeño grupo de artistas, financiados por no sabemos quién, cumpliendo el sueño de Velazco, “Cultura en pandemia”; mostrando la falta de sensatez, de la autoridad de cabecera.

Hasta el momento “quierr de mercados”, “ni tan, sus planes”. Pero que podemos pedir, si un año, no ha bastado ni siquiera para aprender a gestionar los baches del casco urbano. Quizá, esperará a que el tráfico se normalice, y en ese momento talvez, a medio día, veremos una cuadrilla de trabajadores, bloquear las calles de la ciudad.

Los pretextos sobran y dirán, que en pandemia nada se podía; sólo entregar unas fundas semivacías a un grupo reducido de ciudadanos. Un año ya, de no poder pensar, peor implementar verdaderos procesos para impulsar con fortaleza, el desarrollo de la histórica ciudad de Ibarra.

Al parecer, aprendió de los maestros de Carondelet, callados ante la corrupción, cien días de una mesa no servida, que en el proceso al igual que lo hizo Moreno, ahora ya es un año, y luego quizá, hasta el fin de su mandato.

De cien días a un año, con la boca cerrada ante los atracos a la nación, la ineptitud es quizá, su carta de presentación. ¿Después de la pandemia, de quien será la culpa?