Cartas al Director…

Triste realidad de Macará

Macará es un valle extenso, ubicado a 195 km de la ciudad de Loja, cuyos terrenos productivos son empleados principalmente para la producción de arroz. Es atravesado por el río del mismo nombre, que sirve de límite natural con el Perú, sobre el cual se levanta el puente Internacional que da la bienvenida a turistas que visitan.

En los últimos días se ha agravado la crisis, en mi cantón. Cuando ha sido víctima de insultos e improperios por el ministro del Interior, quien ha manifestado, en su cuenta de Twitter que en Macará existe bandas de criminales y de contrabando, habiéndose aprehendido a siete ciudadanos cuyo único pecado es buscar honradamente el sustento diario para sus familias, lo que demuestra el gran desconocimiento de autoridades gubernamentales que, asentadas en la capital, no conocen la realidad diaria de nuestros pueblos fronterizos.

Esto ha enardecido a la población que ha expresado su protesta a través de diversas manifestaciones públicas así como en las redes sociales.

Los macareños no han recibido ninguna compensación por su vigilia permanente por nuestra soberanía y condición de frontera, antes bien, se ha allanado viviendas de comerciantes y se les ha incautado arroz, diciendo que es peruano. El señor Ministro y el gobierno quizá sepan que en Macará se produce el mejor “arroz del mundo”, se realizan hasta tres cosechas por año con una productividad de hasta 160 sacos por hectárea.

No es tiempo de reprimir a la frontera, sino de ayudar, crear fuentes de trabajo para vivir dignamente, hacer obra pública, ampliar el número de artículos exonerados de aranceles para comerciarlos, incrementar las asignaciones al Municipio, capacitar a sus pobladores, buscar alternativas de cultivos para mejorar las condiciones productivas, condonar las deudas por impuestos del SRI, exonerar toda carga tributaria a los actuales y futuros comercios domiciliados en su cantón, dar asistencia técnica a los agricultores, implementar la canasta comercial transfronteriza como lo ha pedido la Cámara de Comercio desde hace varios meses, entre otros.

Lo que se solicita no es una dádiva es la aplicación del mandato de una Constitución de derechos y de justicia, apoyando al pueblo y a sus autoridades y que al parecer los legisladores lojanos ni siquiera la han leído, en fin hagamos la revolución de la ternura como lo dice Su Santidad el Papa Francisco y no la revolución ideológica que solo ha traído miseria y hambre. (O)

Dr. Alfredo Suquilanda Valdivieso MSc.

CC. 0903252120