Cannabis

El Ecuador ha ido introduciendo en su legislación normas que excluyen al cannabis no psicoactivo o cáñamo, como sustancias sujetas a fiscalización, esto rompe ciertos tabús que se han desarrollado por años alrededor de lo que comúnmente conocemos como marihuana.

En este contexto, el Ministerio de Agricultura hace pocos días ha expedido un Acuerdo Ministerial que regula la importación, siembra, cultivo, comercialización, procesamiento, y otras actividades relacionadas al cannabis no psicoactivo o cáñamo, en otros términos, el país de manera regulada permitirá que esta industria se desarrolle en sus distintos ámbitos.

Para quienes continúan viendo al cannabis como una amenaza para la sociedad, deben saber que la industria que se mueve alrededor del mismo, en los distintos segmentos, constituye una increíble posibilidad de generar fuentes de ingresos para el país y de desarrollo para las localidades que técnicamente logren aprovechar las condiciones y ventajas que tenemos frente a otros mercados.

Si bien es una industria que requiere mucha responsabilidad por parte de gobierno, productores y comercializadores, es importante aprender de modelos cercanos que han sabido madurar los procesos de producción y exportación.

El ejemplo más claro es Uruguay, actualmente se ubica como el país de mayor exportación de cannabis medicinal, y aspira que dicho mercado alcance para el 2025 un ingreso de $66.300 millones.

Y no, no confundamos las millonarias sumas que esta industria genera, con las diversas propiedades de este producto, que van desde elaboración de textiles, papel, materiales para la construcción, medicina, hasta biocombustibles, además habrá que considerar la dinámica comercial y económica que esto trae consigo, como fuentes de empleo principalmente.

En este punto, tenemos la ventaja de aprender de los procesos implementados en el resto de países de la región, obviar aquellos errores que a ellos les llevó años identificar y lo pagaron caro. Esta quizá sea la oportunidad tan esperada para dejar de depender de la industria no renovable del petróleo, y regresar la mirada al sector agrícola que tanto tiempo ha venido esperando atención.