Calificativos insuficientes

El alboroto en la Asamblea Nacional ha sido grande, dado el tamaño de la felonía: montos para “ayudar al partido” (entre 100 y 500 dólares mensuales), pagos de las cuotas de vehículos, pasando por pagos de almuerzos, compras de gasolina y vestuario, citas médicas y bolsas con comida, sería el ‘impuesto al trabajo’ a los asesores, oficinistas y demás colaboradores de algunos asambleístas. “Un secreto a voces”, se afirma.

Se ha planteado que la Contraloría audite las cuentas y las transferencias bancarias de ese personal de apoyo. El asunto afirman que es de larga data, de manera que se trata, de ser cierto, de una indecencia histórica. Por redes sociales, dicen los denunciantes, haN llovido mensajes de muchos ciudadanos exigiendo los nombres y apellidos de los cobradores del “impuesto al trabajo”.

Es como para cerrar la Asamblea Nacional, someterla a una depuración interna, cesar la inmunidad parlamentaria y a los “cobradores de impuestos” llevarlos ante los tribunales, además de colocarles un eficaz grillete electrónico y prohibir su salida del país, dado que estamos ante delincuentes comunes. Los que destaparon esta cloaca, dicen tener registrados correos electrónicos, grabaciones y recibos de transferencias.

El tamaño del “impuesto” es notable, dado que cada asambleísta puede tener dos asesores y dos administrativos y cada comisión hasta seis empleados. Algo escandaloso, impensable en parlamentarios que deberían observar una conducta decente en honor de la confianza que recibieron de sus conciudadanos. Bochornoso, deshonroso, vil, abyecto, los calificativos con los que contamos, por lo visto, son insuficientes.


El código moral del fin del milenio no condena la injusticia, sino el fracaso”. Eduardo Galeano Escritor uruguayo (1940-2015)

Reconocer la pobreza no deshonra, pero sí no hacer ningún esfuerzo para salir de ella”. Tucídides Historiador y militar griego (460-390)